9 extrañas y hermosas formas que pueden llegar a tener las nubes

¿Es un ovni? ¿Es un avión? Sólo es una nube.
29 jul 2015 , 08:21
Redacción

Amenazantes, inquietantes, hermosas o simplemente raras, así son las nubes.

Un perro que ladra, un fantasma con su sábana, un castillo. Si te tumbas en la hierba y miras al cielo, reconocerás diversas formas en las nubes.

 

Serán interpretaciones personales y probablemente la persona tumbada a tu lado no las identificará, o verá una señora tomando el té donde tú viste un animal.

 

Sin embargo, otras formas son reconocibles para todos, ya que responden a las siguientes categorías. Y son, sin duda, las más curiosas y espectaculares.

 

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Como su nombre indica, estas nubes parecen lentejas gigantes, y suelen ser la explicación más común para el presunto avistamiento de ovnis.

 

 

 

 

Pero su formación nada tiene que ver con lo extraterrestre.

 

Normalmente se crean a grande altitudes, en zonas montañosas, cuando la masa de aire predominante tiene bastante estabilidad.

 

El flujo de aire, al chocar con una barrera geográfica como un cerro o una montaña, resulta en ondas de montaña.

 

Estas ondas poseen una zona de ascenso y otra de descenso que se mantiene estacionaria, y el aire fluye por esa especie de montaña rusa.

 

Si tiene suficiente humedad, el aire que asciende se condensa, formando una nube.

 

Y cuando baja, el resto de la formación nebulosa desaparece, quedando la nube lenticular aislada.

 

 

 

Corresponden a una de las variedades más extrañas, tan bellas como peligrosas.

 

Y es que las

 

 

 

 

Estas nubes nacaradas se forman cerca de los polos durante el frío extremo del invierno.

 

Cuando la temperatura desciende de los 83 grados bajo cero, la humedad de la estratosfera se condensa formando nubes de cristales de hielo.

 

Y como éstas se generan a altitudes superiores a los 15.000 metros, el sol las sigue iluminando incluso cuando es de noche.

 

Los cristales de hielo se dispersan y difractan la luz, volviendo brillar a las nubes en el cielo ya oscuro, después del atardecer o antes de amanecer.

 

Suele ser todo un espectáculo, pero estas formaciones iridiscentes también aceleran las reacciones químicas que transforman los clorofluorocarbonos (CFC) benignos en el cloro que destruye el ozono.

 

 

Este tipo de formación, a manera de ondas caóticas y oscuras, es tan inusual que no fue reconocida como categoría hasta junio de este año.

 

La clasificación de las nubes tiene su origen en 1802, cuando el científico Luke Howard dio una conferencia titulada "Sobre la modificación de las nubes".

 

 

 

 

 

Y es que en 2008 el británico Gavin Pretor-Pinney, fundador de la Cloud Appreciation Society, una organización que tiene por objetivo fomentar la comprensión de estos fenómenos meteorológicos, propuso una nueva tipología.

 

Los miembros de la sociedad empezaron a enviar fotografías de "la nube sin nombre", de lo que parecía un mar agitado visto desde abajo.

 

 

Y en junio de 2015 la categoría fue incluida en el Atlas Internacional de las Nubes, de la Organización Meteorológica Mundial.

 

Ahora los científicos quieren descubrir cómo se forman las asperitas.

 

El lugar más común para verlas son las planicies de América del Norte.

 

Y a pesar de su apariencia siniestra, tienden a disiparse sin convertirse en tormentas.

 

 

Parecen de cómic y son tan fugaces que se han vuelto el Santo Grial de los aficionados a las nubes.

 


 

 

 

Suelen formarse en casi cualquier parte del mundo y en todos los niveles de la atmósfera.

 

Pero duran unos pocos minutos, antes de dispersarse por completo, sin dejar rastro.

 

Nacen cuando una masa de aire caliente fluye rápido sobre una capa más fría.

 

Los físicos William Kelvin y Hermann von Helmholtz descubrieron que la diferencia de velocidad y densidad de estos fluidos genera una fuerza de corte, la que se encarga de producir las ondulaciones en el límite entre las dos capas.

 

Si la diferencia de velocidad es la correcta, la forma que dibuja recuerda a una ola de mar cuando está a punto de romperse.

 

Y aunque son hermosas, estas turbulentas olas atmosféricas también

 

 

El cielo se va oscureciendo y las nubes comienzan a girar como si fuesen un remolino.

 

 

 

 

Se trata de una supercélula, un fenómeno meteorológico espectacular.

 

Pero espectacularmente peligroso, ya que su poder de destrucción sólo lo superan los huracanes.

 

Lo que lo diferencia de las tormentas violentas pero comunes es una persistente corriente, llamada mesociclón, que permite que dure varias horas.

 

En la supercélula es común la aparición de fuertes corrientes rotatorias que la hacen potencialmente la más peligrosa de los tipos de tormenta convectivas.

 

Pueden producir vientos fuertes, grandes granizadas y tornados de larga duración sobre una amplia trayectoria.

 

 

En inglés se le dice mackerel sky o cielo de caballa, porque la serie de nubes alargadas y onduladas recuerdan a los dibujos de la piel de ese pez, y además brillan con el sol de la tarde.

 

 

 

 

Pero en español se le suele llamar cielo aborregado, incluso hay un refrán que le hace referencia: "Cielo aborregado, suelo mojado".

 

Y es que este tipo de nubes suele indicar que el aire caliente se está elevando, como consecuencia de una tormenta lejana.

 

El aire húmedo prodecente de ella suele ser la que la empuja esta otra masa más cálida.

 

Así que cuando esta ondulación aparece en el cielo suele ser un aviso de que no tardará en llover.

 

 

Las también llamadas nubes mammatusson unas protuberancias redondeadas que cuelgan de la parte inferior de otras nubes, en un patrón similar a las células en un tejido.

 

 

 

 

Pueden llegar a conformar un cúmulo nuboso de varios kilómetros.

 

Su nombre deriva del latín mamma, que significa ubre o mama.

 

En esencia, se forman por el choque de bolsas de aire frías y húmedas y otras más calientes y secas.

 

Como consecuencia, la nube de tormenta queda aislada, sin corrientes ascendentes ni descendentes importantes, sobre el aire seco y cálido.

 

Y esto, aunque se desencadene una precipitación débil, impide que la lluvia llegue a la superficie terrestre.

 

 

 

 

 

 

 

Como consecuencia, las virgas suelen parecer medusas que flotan en el cielo, con sus tentáculos mecidos por el viento.

 

Cuando se adhieren a la parte inferior de unas nubes sombrías, como los nimbostratus, dan la impresión que éstas van dejando un rastro con la intención de manchar el suelo.

 

Las virgas se ven con frecuencia en áreas desérticas, donde la lluvia se seca nada más caer de la nube, al contacto con el aire seco que la rodea.

 

La altitud es otro factor que contribuye a su formación, simplemente porque las precipitaciones tienen más aire por delante antes de llegar al suelo.

 

 

A este fenómeno meteorológico se le conoce también como skypunch o fallstreak.

 

Es un gran vacío circular o elíptico que puede aparecer encirrocúmulos, las nubes que se encuentran en las capas altas del cielo y se forman horizontalmente, o enaltocúmulos, formadas a una altitud media, más largas y oscuras.

 

 

 

Tales vacíos se forman cuando la temperatura del agua en las nubes está bajo cero, pero no se ha congelado aún.

 

Cuando en las capas de la nube se crean cristales de hielo, por ejemplo porque la cruzó un avión y enfrió el aire, se pone en marcha unefecto dominó.

 

Como consecuencia, las gotas de agua que forman la nube y rodean los cristales se evaporan.

Esto deja un gran agujero en la nube, la mayoría de las veces circular.

 

Por eso, como las nubes lenticulares, estos fenómenos también se confunden con ovnis.

 

Pero sin duda su momento más dramático suele ser el atardecer, cuando parecen las heridas sangrantes del cielo.

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