Las sorprendentes ventajas de ser un cascarrabias

Esa mala cara es también un mecanismo de defensa.
22 ago 2016 , 06:38
Redacción

El mal humor puede ser beneficioso para un gran número de habilidades sociales.

 

Detrás de las cámaras… Bueno, digamos que necesita mucho espacio personal.

 

Odia ser famoso. Se arrepiente de haber sido actor. Los amigos de su exnovia lo llaman gruñón.

 

Pero ¿es su mal humor el secreto de su éxito?

 

La presión para ser una persona optimista nunca ha sido más grande que en la actualidad.

 

Puedes contratar a un tomar clases de o buscar la satisfacción interior en una

 

 

El índice de felicidad se ha convertido en unque compite con el PIB (Producto Interno Bruto).

 

Pero lo cierto es que ser un gruñón tiene algunas ventajas.

 

 

 

La ira, la tristeza y el pesimismo no son crueldades divinas o el resultado de la mala suerte;

 

¿El secreto del éxito de Hugh Grant?

 

Desde los rencores obsesivos de Newton hasta las rabietas de Beethoven, parece que los genios, a menudo, tienen, valga la redundancia, mal genio.

 

Durante años, el porqué fue un misterio.

 

Hasta que, en 2009, Matthijs Baas, de la Universidad de Amsterdam, en Holanda, eligió a un grupo de estudiantes dispuestos a enfadarse en nombre de la ciencia.

 

La mitad de ellos tenía que recordar algo que les hiciera sentirse enojados y escribir un breve ensayo.

 

La otra mitad tenía que experimentar tristeza.

 

Baas enfrentó a los dos equipos en un juego diseñado a probar su creatividad.

 

Tal y como Baas esperaba, el equipo de los enojados produjo más ideas, y sus contribuciones fueron más originales y menos repetitivas que las del otro equipo.

 

Los estudiantes que estaban enfadados eran mejores en innovación accidental, o lo que se conoce como "pensamiento desestructurado".

 

En esencia, la creatividad se reduce a la facilidad con la que nuestra mente se desvía de una ruta de pensamiento hacia otra.

 

"La ira prepara al cuerpo para movilizar recursos. Nos dice si la situación en la que estamos es mala y nos proporciona la energía suficiente para salir de ella", explica Baas.

 

Para entender cómo funciona esto, primero necesitamos comprender qué sucede dentro de nuestro cerebro.

 

 

Al igual que la mayoría de las emociones,, una estructura responsable de detectar lo que amenaza a nuestro bienestar.

 

Es muy eficiente; mucho antes de que nos demos cuenta del peligro.

 

Beethoven tenía un carácter irascible y con frecuencia le lanzaba objetos a sus sirvientes.

 

Luego se producen unas señales químicas que nos hacen sentir irritados. Y comienza un arranque de furia apasionada que dura varios minutos.

 

La respiración y el ritmo cardíaco se aceleran y se dispara la presión arterial. La sangre corre hacia las extremidades, generando el distintivo color rojizo en nuestro rostro y haciendo que palpiten las venas de nuestra frente.

 

Aunque se cree que esta respuesta fisiológica evolucionó para preparar al cuerpo a la agresión física, tiene otros beneficios.

 

Por ejemplo,

 

siempre y cuando tengamos la oportunidad de dar rienda suelta a la ira (pegando un grito, por ejemplo).

 

Puede que eso aleje de nosotros a algunas personas, pero al menos nuestra presión arterial volverá a la normalidad.

 

De hecho,

 

 

La idea de que los sentimientos reprimidos pueden perjudicar la salud es antigua; el filósofo griego Aristóteles o el neurólogo Sigmund Freud ya hablaron de ella.

 

Aunque ahora esa fama haya quedado eclipsada por los millones que dona a buenas causas, alguna vez Bill Gates fue conocido por su mal carácter.

 

En 2010, un equipo de científicos analizó a un grupo de 644 pacientes con enfermedad de las arterias coronarias y tendencia a experimentar angustia, y les hicieron un seguimiento de años.

 

Durante el transcurso del estudio, un 20% experimentó eventos cardíacos mayores (como infartos o cirugías) y un 9% murió.

 

Parecía que tanto la ira como la ira reprimida aumentaban por igual el riesgo de sufrir un ataque cardiaco.

 

Pero, tras controlar otros factores, los investigadores se dieron cuenta de que

 

Todavía , pero otros estudios han demostrado que también puede generar hipertensión arterial crónica.

 

 

No todos los beneficios son físicos.

 

El enojo

 

Algunas investigaciones sugieren que tiene que ver con cómo nos expresamos cuando nos enojamos.

 

Las "caras" que hacemos cuando estamos enojados son una manera de hacernos ver fuertes frente al oponente.

 

Y sostienen que los movimientos faciales que hacemos no son arbitrarios, sino que están destinados a incrementar nuestra fuerza física a ojos de nuestro oponente.

 

De hecho, los científicos cada vez tienden más a reconocer que

 

"Los estados de ánimo negativos indican que estamos en una situación nueva y desafiante, y nos hacen estar más atentos y observadores", dice Joseph Forgas, quien lleva casi cuatro décadas estudiando cómo las emociones afectan a nuestro comportamiento.

 

 

 

Para la elaboración de un estudio publicado en la revista Nature, la psicóloga Cuizhen Liu, de la Universidad Nacional de Singapur, experimentó con diferentes emociones -asco, tristeza, enojo, miedo, felicidad y sorpresa- de un grupo de voluntarios en el marco del llamado "juego del ultimátum".

 

El primer jugador recibía un dinero y tenía que responder a la pregunta sobre cómo quería dividirlo (entre él y otro participante).

 

Y el segundo jugador decidía si aceptaba o rechazaba la propuesta.

 

Si se ponían de acuerdo, el dinero se dividía de la forma en que había propuesto el primero. De lo contrario, ninguno recibía nada.

 

El juego del ultimátum a menudo se utiliza para examinar nuestro sentido de la justicia, al mostrar si queremos que el dinero se divida a partes iguales o si nos sentimos felices si cada persona apuesta por sí misma.

 

El juego del dictador tiene las mimas reglas, pero en este caso el segundo jugador no toma decisiones; simplemente recibe lo que decidió el primero.

 

Y resultó que los participantes más felices se quedaban con más parte del dinero, mientras que

 

"Las personas que se sienten tristes prestan más atención a las normas sociales y a las expectativas externas, y actúan de manera más justa hacia los demás", dice Forgas.

 

En algunas situaciones,

 

Está asociada con la hormona del cariño, la oxitocina, la cual, según varios estudios, y nos hace más vulnerables.

 

 

Hoy día, eso se traduce en una tendencia mayor a comer y beber alcohol en exceso, y a practicar sexo sin protección.

 

, explica Forgas.

 

"La gente se siente realizada, se relaja y no invierte los esfuerzos necesarios para hacer realidad sus fantasías positivas y sus sueños", dice Gabriele Oettingen, de la Universidad de Nueva York, EE.UU.

 

"Muchos dicen: 'Suéñalo y lo conseguirás'. Pero eso es problemático", dice la científica.

 

 

Al comparar diferentes artículos económicos del diario USA Today con el rendimiento posterior del que hablaban, Oettingen encontró qu

 

Luego hizo lo propio con discursos presidenciales.

 

Y los discursos positivos predijeron una menor tasa de empleo y de PIB durante el tiempo en que quien lo pronunció estuvo en el cargo.

 

"Los estados de ánimo negativos indican que estamos en una situación nueva y desafiante, y nos hacen estar más atentos y observadores", dice Joseph Forgas,

 

El "pesimismo defensivo" implica anticipar lo peor para estar preparados si eso sucede.

 

Al hacerlo, necesitas pensar en posibles soluciones.

 

Así que la próxima vez que alguien te diga: "¡Anímate!", dile que estás trabajando en mejorar la justicia, reducir el desempleo y salvar la economía mundial.

 

Tú te reirás el último, aunque apenas exhales un resoplido cansado y cínico.

 

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