Qué son las "granjas de cadáveres" donde los forenses realizan prácticas
En Florida, desde el 2017 funciona este singular laboratorio de antropología forense.
ADVERTENCIA: Este artículo contiene imágenes y descripciones explícitas que pueden herir la sensibilidad de algunas personas.En medio de un pasto verde y uniforme, sobresalen unos arbustos de aproximadamente un metro de altura.
Son más altos que el resto, porque el pedazo de tierra en el que crecen se alimenta de las sustancias que liberaron cadáveres humanos que se ahí durante varias semanas.
De lejos parece una pradera ideal para dar un paseo, pero al adentrarse en los matorrales un fuerte hedor a hace llorar los ojos. El día es soleado y se sienten más de 30º de temperatura, el aire es húmedo y pesado.
En este terreno de poco más de una hectárea hay 15 desperdigados. Están todos desnudos, algunos encerrados en jaulas metálicas, otros cubiertos con un plástico azul, otros enterrados y otros directamente a la intemperie.
Cada cuerpo forma una silueta de , pero luego, en esa misma porción de terreno, crecerá un arbusto vigoroso, más alto que los demás.
Este lugar es un laboratorio de a campo abierto de la Universidad del Sur de la Florida (USF), que opera desde 2017 en el condado de Pasco, a 25 minutos de la ciudad de Tampa.
Está ubicado en una zona campestre, a un costado de la cárcel del condado.
Comúnmente la gente lo llama una "granja de cadáveres", aunque los científicos prefieren llamarle cementerio forense o laboratorio de , que es el área que estudia lo que ocurre con un organismo luego de su muerte.
Es un lugar dedicado a la ciencia, pero regar cadáveres humanos a cielo abierto los ritos que comúnmente tenemos respecto a la muerte.
De hecho, esta "granja" inicialmente iba a estar ubicada en el condado de Hillsborough, a unos 80 km de Pasco, pero los vecinos se opusieron al proyecto por temor a la llegada de animales carroñeros, a que sus propiedades y a que tuvieran que soportar el hedor de los cuerpos en descomposición.
Las reservas frente a este tipo de laboratorios no solo vienen por parte de las personas que no quieren vivir cerca de gente muerta, incluso dentro de la comunidad científica hay quienes son respecto a la necesidad y el valor científico de las granjas de cadáveres.
¿Cómo son estas granjas, para qué sirven y por qué generan controversia?
Cuerpos en descomposiciónLa granja de cuerpos de la USF es una de las siete que hay en Estados Unidos. También hay en Australia, y en países como Canadá y Reino Unido hay planes de abrir sus primeras granjas este año.
Los cadáveres que hay en la granja de la USF fueron personas que antes de morir decidieron su cuerpo a la ciencia. En otros casos, son los familiares del difunto quienes deciden entregarle el cuerpo a los forenses.
El principal objetivo de estos lugares es entender cómo se el cuerpo humano y qué ocurre en el ambiente que lo rodea durante ese proceso.
Entender ese proceso brinda datos clave para o de mejorar las técnicas de identificación de personas.
"Cuando alguien muere hay muchas cosas ocurriendo al mismo tiempo", le dice a BBC Mundo Erin Kimmerle, directora del Instituto de Antropología Forense de la USF. "Ocurre desde la descomposición natural, hasta la llegada de insectos y ".
Kimmerle y su equipo consideran que la mejor manera de entender todo eso que ocurre es observarlo en tiempo real, con en un ambiente real.
Según explica Kimmerle, en general el cuerpo humano pasa por
En la primera etapa, llamada , baja la temperatura del cadáver y la sangre que deja de circular se acumula en ciertas partes del cuerpo.
Luego, durante la , las bacterias comienzan a consumir los tejidos y se empiezan a notar cambios en el color de la piel. En la tercera etapa, la , se acumulan gases, el cuerpo se hincha y se rompen los tejidos.
Finalmente, comienza la , que se hace primero evidente en el rostro, las manos y los pies. Bajo algunas condiciones de humedad y otros factores, el cuerpo puede quedar .
Estas etapas, sin embargo, se ven influenciadas por el en el que esté cuerpo, y eso le interesa a los forenses.
Datos valiososEn la granja de la USF algunos cuerpos están rodeados por jaulas de metal para protegerlos de . La jaula evita que sean devorados por así que los forenses pueden estudiar cómo ocurre la descomposición de los tejidos. También observan la acción de los gusanos, que se alimentan de los órganos internos del cadáver, pero no de la piel.
Otros cuerpos, por el contrario, sí están totalmente expuestos, a merced de los carroñeros que llegan en bandadas de hasta 50 ejemplares. Hacen huecos en la piel, arrancan músculos y tejidos y hasta voltean el cuerpo para comer todo lo que puedan.
Mientras todo eso ocurre, los investigadores visitan la granja cada día para tomar fotos y videos, observar cómo evoluciona el cuerpo y comparar el proceso de cada uno según cómo y dónde esté ubicado, ya sea enterrado, en la superficie o incluso en el
Junto a los forenses también trabajan geólogos y geofísicos que analizan el , el agua, el aire y la vegetación. Les interesa saber de qué manera las sustancias que libera el cuerpo inerte cambian las propiedades del lugar donde se descomponen.
"Tratamos de obtener la mayor cantidad de de cada individuo", dice Kimmerle.
Cuando los cuerpos ya son solo esqueletos, son transportados a lo que los forenses llaman , donde limpian los huesos y los almacenan para que queden disponibles para estudiantes e investigadores.
Crímenes sin resolverLos datos que recolectan los investigadores de tafonomía son útiles para investigaciones forenses y de
La forma en la que se descompone un cuerpo sirve para la estimación de cuánto tiempo lleva una persona muerta o si el cuerpo fue movido o enterrado.
Las sustancias que libera y el estado del cadáver también dan pistas sobre el de la persona. Eso, sumado a otros datos genéticos y el análisis de los huesos, brinda información que puede aplicarse en casos criminales que han quedado sin resolver.
Por eso, parte de la misión de estas granjas es prestarle servicios a autoridades que intentan esclarecer
Para muchos puede resultar trabajar a diario con la crudeza de la muerte y ver cuerpos humanos en un estado que normalmente preferimos ocultar.
Para Kimmerle, sin embargo, eso no es lo que le causa mayor perturbación. "Como profesional de la ciencia uno aprende a separarse de esa conexión", dice refiriéndose al que muchas veces acompaña al tema de la muerte.
"Trabajamos con muchas investigaciones de homicidios, así que lo más retador es enfrentarnos a historias realmente ", dice. "Para mi lo más horroroso es (ver) lo que una persona es capaz de hacerle a otra".
También menciona que es un reto enfrentarse a historias de familias que hace 20 o 30 años y aún están buscando sus restos.
Para ella, su labor tiene sentido en la medida que ayude a esclarecer alguno de los cerca de 250.000 crímenes sin resolver que hay en Estados Unidos desde 1980.
Desde su apertura en octubre de 2017, el cementerio forense ha recibido 50 cuerpos de donantes y tiene una lista 180 predonantes, es decir, personas vivas que ya decidieron que al morir quieren , literalmente, a la ciencia.
Los donantes son en su mayoría personas ancianas que ya comienzan a planear sus últimos años de vida.
"Es como planear tu ", dice Kimmerle. Es como si los donantes ayudaran a resolver crímenes después de muertos.
Entre las restricciones que hay para donar el cuerpo está no padecer una infectocontagiosa que pueda poner en riesgo a las personas que luego estudiarán el cadáver.
Una ciencia emergenteLas granjas de cuerpos aportan datos a la ciencia, pero también tienen
Patrick Randolph-Quinney, antropólogo biológico de la Universidad de Lancashire Central en Reino Unido, dice que de manera general está a favor de este tipo de laboratorios, pero afirma que aún es una
"El problema con estas instalaciones a campo abierto es que tienen una tremenda cantidad de variables que no pueden , sino simplemente monitorear", le dice Randolph-Quinney a BBC Mundo.
"Eso hace que los datos que producen sean mucho más difíciles de interpretar, porque no se prestan fácilmente para hacer ".
Para el antropólogo, el reto de los cementerios forenses es pasar de los datos anecdóticos a encontrar formas más estandarizadas de recolectar la información y compartirla con otros investigadores para lograr resultados de mayor estadística.
Sue Black, antropóloga forense de la Universidad de Lancaster en Reino Unido, también expresa sus reservas. Un artículo de la revista Nature menciona que Black cuestiona el valor científico de estas campos, ya que sus estudios se basan en y resultados altamente variables.
Nature también cita un libro que Black publicó en 2018, en el que se refiere a las granjas de cuerpos como "un concepto ".
Kimmerle, por su parte, ve un para estos laboratorios, cree que en los próximos años habrá más de ellos en varias partes del mundo.
"Cualquier persona que entienda este tipo investigaciones, la profundidad que tienen y su importancia en aplicaciones prácticas, verá que son muy ", concluye Kimmerle.