El impacto invisible del derrame en el Golfo de México

El impacto invisible del derrame en el Golfo de México
02 jul 2013 , 11:14
Redacción

Oceana, organización internacional dedicada a la protección de los mares, acaba de concluir una expedición de dos meses en el Golfo. © OCEANA/ Carlos Suárez Fue uno de los peores vertidos de petróleo. Casi cinco millones de barriles de crudo se derramaron en el Golfo de México, frente a las costas de Estados Unidos, tras la explosión en una plataforma el 20 de abril. Seis meses después, el trabajo para evaluar el verdadero impacto del desastre en el océano y la vida silvestre recién está comenzando.

Oceana, organización internacional dedicada a la protección de los mares, acaba de concluir una expedición de dos meses en el Golfo. © OCEANA/ Carlos Suárez Fue uno de los peores vertidos de petróleo. Casi cinco millones de barriles de crudo se derramaron en el Golfo de México, frente a las costas de Estados Unidos, tras la explosión en una plataforma el 20 de abril. Seis meses después, el trabajo para evaluar el verdadero impacto del desastre en el océano y la vida silvestre recién está comenzando. "Aunque ahora vayamos al Golfo y no veamos una gran mancha no significa que se hayan acabado los efectos del vertido. Por eso, hemos hecho hincapié en los efectos a largo plazo", le dijo a BBC Mundo Enrique Pardo, científico marino de Oceana, la mayor organización no gubernamental dedicada a la protección de los mares. "Desde el momento del vertido se han utilizado dispersantes y disolventes sobre el propio crudo. Esto lo que provoca es que visualmente desaparezca la mancha, pero podría ser que haya altos índices de contaminación disuelta". Oceana concluyó en octubre una expedición de dos meses para recabar muestras. Se utilizó un robot equipado con dos cámaras de alta definición que puede sumergirse hasta los 1.000 metros. Junto a la Universidad de Miami se hizo un trabajo de marcación de tiburones. Y para estudiar hidrocarburos disueltos mezclados con el pláncton, se usó un procedimiento novedoso, "una especie de membranas que capturan todo lo que hay en el plácton y detectan si existe contaminación". Los científicos de Oceana también recogieron muestras para estudiar lo que llaman la "contaminación crónica" del Golfo, donde hay más de 3.000 plataformas petroleras. "El trabajo rutinario genera pequeños vertidos que si los multiplicamos por el número de plataformas, hace que sea una cifra relevante el vertido constante en la zona. Con el robot observamos ecosistemas ricos de corales y otras especies que se están viendo constantemente afectados por este tipo de vertidos", asegura Pardo. Los primeros resultados del estudio de Oceana podrían conocerse este año. Huevos y larvas Pruebas para detectar los niveles de hidrocarburos disueltos. © OCEANA/ Carlos Suárez El Departamento de Vida Silvestre y Pesca del estado de Louisiana, LDWF por sus siglas en inglés, está llevando a cabo sus propios estudios a largo plazo. Lousiana fue el estado más afectado por el desastre. "Estamos comenzando un estudio de tres años. No estamos viendo grandes problemas con nuestros ojos, pero en el caso de vertidos de petróleo, muchos problemas aparecen uno o dos años después", le dijo a BBC Mundo Randy Pausina, experto en recursos pesqueros del LDWF. Los peces de Louisiana son 100% seguros para su consumo, asegura Pausina. Hasta ahora, el 96% de las aguas destinadas a pesca han sido reabiertas, pero el impacto del vertido en la reproducción de los peces no se conoce. "Sabemos que el petróleo, los dispersantes y la mezcla de ambos son letales para los huevos y las larvas de los peces, de eso no cabe duda. Nuestro estudio monitoreará peces en distintas etapas de su ciclo de vida. Si las larvas fueron destruidas habrá variedades que estarán ausentes en el futuro". En el caso del vertido causado por el choque del buque Exxon Valdez en Alaska en 1989, el salmón produjo cantidades significativamente menores de huevos y también mostró problemas en la salud y resistencia a enfermedades. "Pero eso no se ve sino hasta dos o tres años después. Luego del Exxon Valdez, las poblaciones de arenque colapsaron un año después del desastre y aún no se han recuperado", afirma Pausina. Los tipos de trucha comunes en Louisiana viven en promedio unos tres años, pero otras especies de peces llegan a vivir entre tres y cuatro décadas. Aves migratorias Cerca de 5.000 aves fueron recogidas tras el desastre en Louisiana, unas 3.400 de ellas muertas. Del resto, la gran mayoría fue rehabilitada en un proceso muy delicado. El crudo tapa los poros e impide el proceso de regulación de temperatura. "Nos sentimos orgullosos de que nuestro tiempo de respuesta fue en muchos casos de 30 minutos y llegamos hasta las aves rápidamente, antes de que estuvieran demasiado enfermas", le comentó a BBC Mundo Robert Love, experto en Vida Silvestre del LDWF. Esa acción rápida es fundamental ya que el crudo tapa los poros, obstruyendo el sistema de regulación de temperatura de las aves, que se recalientan y mueren. Al lavarlas, por otra parte, el detergente les quita sus aceites naturales, por lo que pasan de sufrir calor extremo a temblar de frío. El delicado proceso de rehabilitación en diferentes etapas lleva varios días. Una de las preocupaciones ahora son los "millones de aves migratorias, como patos y gansos que viajan hacia el sur en Estados Unidos y llegan en esta época a Louisiana", señala Love. Medir el impacto en los diferentes hábitats es complejo. "Aún hay áreas en que la arena se ha depositado sobre una capa de crudo. Y podría suceder que las redes de pesca que tocan el fondo revuelvan nuevamente el petróleo depositado". Y en la costa, "en algunas áreas murió el pasto que la protegía del impacto de las olas". Love dice que podría haber sido mucho peor. Las bacterias que ayudan a descomponer parte del petróleo están más activas en el Golfo que en el caso del Exxon Valdez, debido a las frías temperaturas de Alaska. Pero todo indica que el verdadero impacto del vertido en el Golfo no resultará claro sino hasta dentro de varios años. En el caso de los peces, "hay que esperar por lo menos hasta que en cinco años veamos que las poblaciones están en los niveles que consideramos normales", afirma Randy Pausina. "Aún tenemos un largo camino por recorrer".

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