Inyectable, reversible y sin hormonas: así es el anticonceptivo masculino que ya se prueba en humanos
Un grupo de investigadores ha dado un paso importante hacia una opción anticonceptiva masculina segura, reversible y sin hormonas. Se trata de ADAM, un nuevo anticonceptivo desarrollado por la empresa biotecnológica Contraline, que utiliza una inyección de hidrogel para bloquear temporalmente el paso de espermatozoides durante la eyaculación.
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¿Cómo funciona ADAM?
ADAM consiste en un hidrogel que se inyecta en los conductos deferentes, que son los canales por los que viajan los espermatozoides desde los testículos antes de ser expulsados.
El procedimiento es mínimamente invasivo y no requiere cirugía mayor. Una vez inyectado, el gel actúa como un bloqueo físico que impide el paso del semen, de forma similar a una vasectomía, pero con una diferencia clave: es reversible.
¿Qué lo hace diferente?
A diferencia de los métodos hormonales o de la vasectomía tradicional, ADAM no afecta los niveles hormonales ni requiere cortes o ligaduras permanentes.
Está diseñado para degradarse de forma natural con el tiempo, lo que permitiría que la fertilidad se recupere sin necesidad de cirugía adicional. Según los desarrolladores, el efecto anticonceptivo puede durar hasta dos años.
¿Qué dicen los primeros ensayos?
Los ensayos clínicos iniciales incluyeron a 25 participantes que recibieron la inyección de ADAM. Los resultados preliminares han sido muy prometedores:
No se detectó esperma en las muestras de semen durante hasta 24 meses, no se reportaron efectos secundarios graves y los participantes no mostraron cambios hormonales ni complicaciones importantes.
Los próximos pasos incluyen estudios más amplios y de largo plazo, pero la comunidad científica considera que este avance podría representar una revolución en la salud reproductiva masculina.
¿Cuándo estará disponible?
ADAM aún está en fase de estudio, por lo que no está disponible comercialmente. Sin embargo, si los resultados se mantienen y las aprobaciones regulatorias avanzan, podría estar en el mercado en los próximos años como una alternativa práctica y menos invasiva para los hombres que desean evitar embarazos sin recurrir a la vasectomía ni depender del uso exclusivo de preservativos.
Este desarrollo también abre la puerta a un modelo más equitativo de responsabilidad anticonceptiva, permitiendo que los hombres participen activamente en el control de la fertilidad de forma segura, temporal y sin intervención quirúrgica permanente.
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