El velo islámico que le ganó la pelea a Abercrombie & Fitch

A&F es una marca muy popular entre los jóvenes.
01 jun 2015 , 09:05
Redacción

La Corte Suprema de EE.UU. resolvió que la marca discriminó a una adolescente musulmana.

 

Pero recientemente, un trozo de vestimenta que no es de la que vende en sus almacenes puso a la tienda bajo la atención de los medios: la Corte Suprema de Estados Unidos acaba de resolver que la marca discriminó a una adolescente musulmana.

 

Por un voto de 8 a 1, la corte dio la razón a la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo, una agencia gubernamental que demandó a Abercrombie en nombre de Samantha Elauf.

 

La adolescente denunció haber sido discriminada por usar el velo islámico cuando buscaba trabajo en la tienda en Tulsa, Oklahoma, en 2008.

 

El caso es un ejemplo del enfrentamiento entre grupos religiosos con entidades comerciales y tiene el potencial de sentar un precedente sobre los derechos laborales en el país.

 

 

La política de A&F indica que los empleados deben tener una figura esbelta, usar ropa ajustada y no pueden usar prendas negras.

 

Las mujeres, además, deben llevar pelo largo, su maquillaje debe ser natural y no pueden tener esmalte en las uñas.

 

A&F cuestionaba la acusación de Elauf y aunque reconoció que no fue contratada por llevar el velo, argumentó que la adolescente no pidió específicamente ser eximida del código de vestuario por su religión.

 

 

Esto último es precisamente lo que dirimió la Corte Suprema en la decisión: si un potencial empleado debe pedir de manera explícita que sea eximido de ciertas reglas por su religión.

 

Samantha Elauf argumenta que no recibió el trabajo porque su hijab va en

contra del código de vestimenta de A&F.

 

 

Según la ley estadounidense, los empleadores deben "acomodar de manera razonable" las creencias religiosas de sus candidatos, siempre y cuando no generen dificultades exageradas para el negocio.

La corte señaló que Elauf sólo necesitaba demostrar que el asunto fue un factor en la decisión de su emplearor.

 

"El empleador al menos debió sospechar que se trataba de una cuestión religiosa", escribe el juez Antonin Scalia.

 

"Su rechazo a contratarla por consiguiente estaba motivada por el deseo de evitar acomodarse a esa práctica y eso es suficiente".

 

El pasado mes de marzo, en un comunicado enviado a la BBC, un portavoz de A&F dijo que en el pasado ha hecho numerosos "acomodos religiosos", incluyendo sobre los velos islámicos, y negó que el caso ante la Corte Suprema fuera uno de discriminación.

 

Pero aunque A&F describa el tema como "estrecho" y lo limite al caso de Elauf, lo cierto es que va mucho más allá y ya enfrenta a quienes defienden las actividades comerciales y quienes abogan por los derechos de los trabajadores.

 

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Pese a su popularidad, las ventas de Abercrombie and Fitch han caído en los últimos años.

La tienda de ropa se ha visto en problemas a medida que han cambiado los hábitos de consumo de los jóvenes.

 

Muchos jóvenes se han alejado de su estilo "preppy" hacia cadenas tipo "fast-fashion" como Forever 21 y H&M.

 

En diciembre pasado renunció Mike Jeffries, el controversial presidente que ayudó a transformar la compañía en los años 90.

 

Jeffries tuvo que disculparse varias veces por sus comentarios, en los que aseguró que sus prendas sólo debían ser vestidas por personas delgadas y atractivas.

 

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Abercrombie recibió el apoyo, por ejemplo, de entidades como la Cámara de Comercio de Estados Unidos o la Federación Nacional de Comercios Independientes.

 

El caso ha generado atención más allá de los directamente implicados.

 

 

 

Ellos temían que una decisión en contra de la tienda de ropa pueda generar un precedente negativo y los afecte si se ven envueltos en casos de discriminación no intencional.

 

Pero grupos religiosos y de derechos humanos apoyaron la causa de Elauf y de la agencia gubernamental que presentó la demanda en su nombre.

 

Estas entidades piden un trato equitativo para los empleados, más allá de sus afinidades personales.

 

 

Si bien el caso generó atención nacional, esta no es la primera vez que A&F causó polémica por sus políticas.

 

En el pasado, ha sido criticado por enfocar sus productos específicamente en jóvenes "cool" y atractivos, así como por sus comerciales que, en opinión de algunas organizaciones conservadoras, son casi pornográficos.

 

Es frecuente encontrar filas en las tiendas de Abercrombie, aunque sus ventas han caído.

 

 

Y hace más de una década, varios candidatos a empleo hispanos, negros y asiáticos demandaron a la tienda de ropa con el argumento de que habían sido relegados a puestos poco visibles en los depósitos de las tiendas.

 

A&F pagó una millonaria compensación y acordó ampliar la diversidad para incluir a más personas no blancas en sus tiendas, comerciales y catálogos.

 

La compañía asegura que tiene en marcha programas de inclusión y ha aumentado la diversidad de sus empleados.

 

Pero se ha visto criticada de nuevo por la situación de Elauf, quien el mes pasado dijo que no quería ganar el caso solo por ella sino para proteger los derechos laborales de las personas de todas las creencias.