Trabajar en el ECU 911: un oficio de riesgo
Estos equipos de emergencia tienen en sus manos una gran responsabilidad: salvar vidas.
Las emergencias ocurren a cualquier hora, sin importar el día, ni la fecha y por ello debe existir un equipo de profesionales capacitado para atenderlas. En la capital y varias provincias del país esta gran responsabilidad está en manos de personal del .
Águeda Calero labora en la sala de operaciones de y es una de los 76 evaluadores que se encarga de recibir las llamadas y direccionarlas. “Te expones a oír situaciones a veces críticas, donde encuentras a personas que desesperadamente piensan que uno atrás del teléfono es el salvador de ellos”, comenta.
Calero añade que para poder realizar esta labor se debe siempre: “Porque necesitamos nosotros calmar a la persona para poder ayudar y controlar los nervios y adrenalina con la que la persona se encuentra”.
El director de la entidad, Cristian Rivera, explica que por la carga emocional que enfrentan los trabajadores necesitan un soporte tanto .
“Dentro de nuestros protocolos, ellos tienen la oportunidad de luego de atender una emergencia de este tipo, hacer diez minutos de descanso, hacer una pausa activa muy específica para poder justamente hacer una descarga emocional adecuada, cambiar un poco el entorno para llegar y nuevamente ponerse el chip y atender la siguiente emergencia de la mejor manera”, explica Rivera.
Una vez receptadas las llamadas, las emergencias son trasladadas a diferentes instituciones que trabajan con el . En el caso de un accidente con heridos se comunica inmediatamente a los equipos de salud, uno de ellos es el conformado por Víctor y Cristian. Subidos en una ambulancia cuentan cuáles son los a los que se enfrentan como paramédicos.
“A todo tipo de riesgos, desde violencia civil, accidentes de tránsito, contaminación por fluidos, secreciones con los pacientes, el estrés, estamos , psicológicas muy, muy fuertes, desde atender a un niño que en brazos de una madre fallece”, describe Cristian Lozada.
Víctor por su parte es el encargado de la conducción de la unidad y comenta lo que se requiere para estar al frente del volante: “Tener los , porque la verdad hay personas bien imprudentes que no dan paso a la ambulancia y toca tener reflejos también”.
Lo óptimo es que la ambulancia llegue al lugar de la emergencia en un lapso de 5 a 10 minutos, por lo que se debe alcanzar velocidades de entre . Pero este objetivo no siempre se cumple ya que en el camino se presentan varias dificultades.
El trabajo de todo este equipo humano representa sacrificio y también riesgo, pero su desempeño es necesario para poder salvar vidas.