Stieg Larsson: la voz y la furia

Stieg Larsson: la voz y la furia
11 dic 2014 , 02:00
Redacción

El protagonista de la trilogía Millenium es casi un reflejo de la vida real del periodista

Por Allen Panchana Macay

apanchana@ecuavisa.com

 

La súbita muerte de Stieg Larsson no permitió conocer más de un genio del thriller, pero, sobre todo, de un defensor de los derechos fundamentales. El escritor sueco (1954-2004) pasó a la posteridad a finales de la década anterior por una trilogía alucinante: Millenium, cuyo primer libro, incluso, fue llevado al cine bajo el título La chica del dragón tatuado, aunque el original es Los hombres que no amaban a las mujeres.  

 

Seguro, entonces, ha escuchado de él. Esta columna, sin embargo, intenta ser un tributo al Stieg Larsson periodista, al que con sus investigaciones denunciaba a grupos de neonazis y de extrema derecha, que intentaban determinar la existencia de las personas solo por su color de ojos y piel. 

 

El protagonista de la trilogía Millenium (Mikael Blomkvist) es casi un reflejo de la vida real de Larsson. Aquel thriller no se puede separar de su compromiso con la lucha contra el antisemitismo. Y, para ello,  el escritor tenía su búnker en la redacción de la revista Expo. Algunos de los textos que allí publicó a lo largo de diez años han sido recogidos en el libro La voz y la furia (2012), editado por Daniel Poohl, uno de sus compañeros de trabajo, quien prologa: “Se trata de crónicas, editoriales, reportajes y algún otro ejemplo de la correspondencia que mantuvo con los lectores. Con ellos, uno se puede hacer una idea de lo que Stieg pensaba sobre el antirracismo y el feminismo, al tiempo que se nos da cumplida cuenta de la preocupante evolución política del país”. 

 

Mejor título, imposible. La voz y la furia es leer a un periodista comprometido.  Es la evidencia que las letras se pueden constituir en eficaces armas para denunciar y buscar una mejor sociedad. 

Pese a las lecciones que dejó El Holocausto, en la Europa de los 90 (e incluso en la actual) era común el surgimiento de grupos y partidos neonazis. Desde las páginas de su revista, Larsson empieza a reflexionar sobre la naturaleza del ser humano y a recordar aquellas masacres para que no se vuelvan a repetir. En La voz y la furia hay un artículo llamado “El regreso del antisemitismo” (Publicado en Expo en 1998) que sintetiza el sentir del autor:

 

“¿Qué hace un judío mirando la ceniza que hay en un cenicero? ¡Estudiar su árbol genealógico!”. El chiste aparece en la página web de Pro Patria y es uno de los 40 que podemos encontrar bajo el epígrafe ‘Humor’ y la categoría ‘Judío’. Hace quince años habría sido imposible publicar una propaganda antisemita de tan mal gusto. El editor responsable habría sido objeto de una investigación policial, un proceso jurídico y una sentencia condenatoria. Lo que no sucede hoy”. 

 

Una advertencia que parece haber caído en saco roto si analizamos el contexto europeo actual. Hay un resurgimiento de partidos neonazis y fascistas, como Amanecer Dorado de Grecia. Denunciar esos excesos y la intolerancia -que a la postre se transforma en crueldad y tortura- era la misión de Stieg Larsson. Pero la muerte le llegó repentina, de un ataque al corazón, antes de saber que su trilogía estaría entre las más leídas de la  historia de la Literatura. Y ahora también tenemos sus relatos periodísticos para no olvidar su voz y su furia.