Los chicos de la mafia: la generación perdida | La violencia intrafamiliar y el abandono inciden en el reclutamiento de las organizaciones criminales

Dentro de los hogares, los niños y adolescentes no solo son víctimas de los golpes, también presencian crímenes que marcan su destino. Un adolescente relata el infierno que vivió durante su infancia.
24 feb 2025 , 13:22
Televistazo

Es una mañana nublada de febrero. En medio de los cerros, junto al canal de la muerte y en el corazón de las invasiones del noroeste de Guayaquil, está un adolescente de 17 años.

Pide no revelar su nombre, no por temor a ser identificado por las mafias, no quiere que su padre lo reconozca. Tiene la mirada perdida y ampollas en los dedos por el consumo de drogas. Lleva 14 horas sin consumir heroína.

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Está nervioso. Presiona sus manos mientras cuenta que tenía 12 años cuando él y sus hermanos de 11 y 15 fueron explotados laboralmente. Su progenitor los arrojó a las calles.

"Nos mandó a vender caramelos y con ese dinero mi papá compraba droga para consumir... si no llevábamos dinero, mi padre nos pegaba. Mi madre nos defendía y mi papá le pegaba".

Una madrugada del 2019 su padre golpeó brutalmente a su madre. Los tres menores fueron testigos de un crimen: "Mi papá mató a mi tío porque mi tío intentó defender a mi mamá de los golpes (...) Por eso mi papá se fue preso".

Pero a los pocos años su padre quedó libre, "y regresó con mi mamá, regresó a la casa", explica el menor. Desde entonces, los tres hermanos huyeron de la casa y de Guayaquil.

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Llevan cinco años viviendo en las calles. Él y su hermano de 20 años son consumidores, le compran la droga al menor, de 16, reclutado por la mafia y delinque en el Cerro las Cabras de Durán, la ciudad más peligrosa del país.

"Mi hermano de 16 años pasa arriba del cerro vendiendo droga (...) Le dan una casa para que viva allá arriba. Yo le he dicho que se salga que lo van a matar, y no quiere".

Su madre nunca denunció las agresiones. Es común que las víctimas de violencia intrafamiliar callen porque en la mayoría de casos sus agresores pertenecen a organizaciones criminales.

En el 2024 se reportaron en Ecuador 55 114 casos de violencia intrafamiliar. El 50 % ocurrió en ciudades como Guayaquil, Durán, Samborondón, y Quito; mientras que en las provincias, la lista es encabezada por Manabí, Guayas y Loja.

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Carlos y sus dos hermanos no han vuelto a ver a su padre. No tiene tatuajes y cada vez que recuerda su infancia consume drogas hasta perder la noción de su realidad.

Todas las noches duerme en las veredas y ya se adaptó a los peligros de la calle, pero, por ser consumidor crítico, teme ser acribillado incluso por la misma banda narcocriminal a la que pertenece su hermano.

Se despide con tristeza, se levanta y vuelve a la calle hasta perderse en el horizonte.

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