El reto de leer a Cervantes: ¿por qué es tan difícil entender el Quijote?
Millones se han dado por vencidos al leer la obra cumbre de Cervantes.
¿Entiendes algo? No te preocupes, nosotros tampoco, es castellano de hace más de cuatro siglos y aunque incluso reconocemos casi todas las palabras, . O al menos no en el siglo XXI.
El 9 de mayo de 1605 se publicó "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha", la primera parte de la monumental obra escrita por Miguel de Cervantes en un castellano tan remoto que, en la actualidad, hasta los profesores de literatura tienen problemas para descifrarlo.
La obra máxima de la lengua castellana puede ser tan monumental como incomprensible.
Si Cervantes no hubiera sido un genial escritor de principios del siglo XVII sino un guionista de televisión, las incomprensibles líneas que empiezan este artículo sonarían así:
"Si os hubiérais jactado de utilizar la lengua tanto como os jactáis de manejar esas espadas que lleváis, habríais sido el primero en la licenciatura, y no el último de la cola".
Las diferencias con la versión original, publicada hace 411 años, son tantas que incluso poniendo un texto al lado del otro nos podría resultar dificil sospechar que
Durante 14 años, el poeta español Andrés Trapiello emprendió la quijotesca aventura de traducir la obra de Cervantes
En su trabajo, cada dos por tres, tropezaba con líneas como esta:
“Esto me parece argado sobre argado, y no miel sobre hojuelas. Bueno sería que tras pellizcos, mamonas y alfilerazos viniesen ahora los azotes".
Don Quijote y su escudero Sancho Panza, dos personajes universales.
Como tú, generaciones de lectores lo han intentado y la gran mayoría, con la fuerza de voluntad hecha escombros, Trapiello ayuda a traducir la frase:
"Me parece que llueve sobre mojado, y no miel sobre hojuelas –replicó Sancho–. Estaría bueno que tras pellizcos, sopapos y alfilerazos viniesen ahora los azotes".
¿Estás entre aquellos que alguna vez y se sintieron derrotados?
Las versiones más comunes del Quijote, esas que se usan todavía en muchos colegios de España y Latinoamérica, suelen tener más de para explicarle al lector los modismos caídos en desuso, algunas tan largas como páginas enteras.
Millones se han dado por vencidos con la obra cumbre de Cervantes.
¿Crees que podrías entender la siguiente frase sin ellas?
"Muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo en refranes, y que te vayas a la mano en decirlos, pero paréceme que es predicar en el desierto, y castígame madre, y yo trómpogelas".
No te molestes en buscar esta última palabra en el diccionario: ya no existe.
“Hay millones de españoles e hispanohablantes que no es que no quieran (lo han intentado cien veces), es que no pueden leerlo, y abandonan, porque el Quijote está escrito en una lengua que ni hablamos ni, a menudo, entendemos", dice Trapiello en su blog.
Los delirios de Alonso Quijano, más conocido como don Quijote, son el eje central de la novela.
La frase, que corresponde al capítulo 67 de la segunda parte del Quijote,
"Muchas veces te he aconsejado que no seas tan pródigo en refranes, y que te sujetes, pero me parece que es predicar en el desierto, y ríñeme mi madre, por un oído me entra y por otro me sale".
La estructura del castellano no parece haber cambiado tanto desde los tiempos de Cervantes, pero muchas de las expresiones y las palabras que entonces eran comunes cambiaron o
“Los días de entre semana se honraba 'con su vellorí más fino'", dice Cervantes de Alonso Quijano, el popular Don Quijote.
La espigada figura del Quijote es parte de la cultura popular hispanoamericana.
Hoy se diría: "Con un traje pardo de lo más fino".
"Adarga antigua" es hoy lo que llamaríamos un escudo antiguo y decir que harás algo “de halgas o por mangas" significa que lo conseguirás de "una forma u otra".
Claro que hoy, que usamos un español que las próximas generaciones de hablantes del español tampoco entenderán.
El periódico de la mañana, los anuncios de publicidad por la calle o este mismo artículo, terminarán por requerir los oficios de untraductor que se embarque en la quijotesca aventura de entendernos.