Con temperaturas bajo cero, obreros trabajan en La Mica para restablecer el agua en Quito
Este lunes 14 de julio, el clima fue compasivo en la zona de la laguna La Mica (reserva Antisana, entre Pichincha y Napo), reservorio de agua para Quito. Por varias horas dejó de llover y eso permitió que cinco máquinas, excavadoras y tres tractores avancen en la remoción de tierra y el trazado de la zanja por donde se volverá a conectar la tubería que abastece de agua al sur de la capital.
Un último estudio topográfico permitió encontrar suelo rocoso para poder estabilizar la nueva tubería y descartar otro deslave. Eso hace que el trabajo no se detenga, pues se conoce de la emergencia que hay en la ciudad.
Instalación de tubos
En otro frente, un tractor y 10 volquetas hacen la vía junto al tubo roto para facilitar la entrada de los camiones que traerán los nuevos tubos que se ubicarán a lo largo de los 350 metros de afectación.
En los planes técnicos se prevé que el miércoles empiecen a llegar los primeros tramos de la nueva tubería. Antes de su instalación habrá una inspección que dará la certeza de que el tubo expuesto no tenga fisuras, y solo entonces empezará la nueva fase: el de soldadura para unir los tubos de 42 pulgadas de diámetro.
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Se trabaja con temperaturas gélidas
El trabajo no es fácil. En La Mica hay una sensación térmica de menos dos grados, el viento es helado. Se labora a 4 200 metros de altura. Y el trabajo logístico en la zona requiere transportar alimentos para los 70 trabajadores que están en dos turnos de 12 horas. Los de la noche lo hacen en temperaturas que alcanzan los 7 grados bajo cero y se apoyan en reflectores que deben vencer a la neblina.
Más maquinaria empezó a llegar esta tarde para intentar reducir el tiempo de reparación del daño y conectar el agua para superar la emergencia que viven 88 000 hogares, según el Municipio de Quito.
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