Nuevo trauma nacional para Brasil, 64 años después del Maracanazo

Oscar llora la derrota. Foto: EFE.
08 jul 2014 , 06:41
Redacción

Después del Maracanazo en 1950, Brasil no había sufrido una derrota tan dolorosa como este 7-1.

La humillante derrota del pentacampéon del mundo, Brasil, el martes en casa frente a Alemania, por 7-1, es una nueva tragedia nacional en "el país del futebol", donde el deporte rey es componente fundamental de la identidad nacional.

 

Lágrimas por doquier, rostros abatidos e incrédulos de jugadores e hinchas: como en 1950, una nube negra cubrió el cielo del estadio Mineirao y se extendió sobre todo el país de 200 millones de hinchas desde antes del primer tiempo del partido, cuando Alemania vencía ya por 5-1.

 

Tras el descanso, hubo aún tiempo para otros dos goles que los alemanes festejaban tímidamente, como si tuviesen vergüenza ajena.

 

La peor derrota en la historia de Brasil en Copas del Mundo recuerda forzosamente el Maracanazo del Mundial de 1950, cuando Brasil perdió contra todo pronóstico en la final contra el pequeño Uruguay por 2-1.

 

Ese 16 de julio de hace 64 años, los 200.000 hinchas del mítico estadio quedaron en silencio, el rostro bañado en lágrimas, un recuerdo que atormenta aún a los brasileños.

 

La Seleçao no consiguió exorcizar ese demonio de 1950 en el Mundial-2014, y acumula una nueva tragedia, no solo deportiva, en su segunda Copa celebrada en casa, donde el fútbol es religión.

 

"Parecía una partido de adultos contra niños (...) Nunca jamás el fútbol brasileño vivió una humillación semejante", escribió en su blog tras el partido el analista deportivo Juca Kfouri, una de las mejores plumas del periodismo deportivo brasileño.

 

- Culto ecuménico -

 

Brasil es el país que ha ganado más copas del mundo (5), y la Seleçao es venerada más allá de las profundas barreras sociales y raciales.

 

El gigante sudamericano elevó el fútbol a la categoría de arte con su 'jogo bonito' y sus jugadores de leyenda: Pelé, Garrincha, Zico, Sócrates, Ronaldo, Romario... Sin hablar de la última joya nacional, Neymar, convertido en mártir en esta Copa tras sufrir una fractura en una vértebra lumbar en el partido de cuartos de final contra Colombia.

 

La fuerza del fútbol ha contribuido a apagar casi completamente las protestas callejeras antiCopa y en reclamo de más salud, educación y transporte que muchos temían durante el Mundial, tras la revuelta social de junio de 2013, durante la Copa Confederaciones.

 

Pero tras la derrota, muchos hinchas comenzaron a preguntarse otra vez si valió la pena gastar 11.000 millones de dólares en la Copa para terminar así.

 

No obstante, algunos expertos aseguran que el trauma será menor porque muchas cosas han cambiado en seis décadas.

 

"Hubo muchas Copas desde 1950, hubo victorias y derrotas por doquier (...) Todo el mundo está acostumbrado a eso. El Maracanazo fue un caso que nunca se repitió más, fue inédito; las situaciones son diferentes hoy y entonces", dijo a la AFP Lamartine da Costa, experto en grandes eventos deportivos de la Universidad del estado de Rio (UERJ) y de la Universidad de East London.

 

"Brasil, un país enorme, es aislado por naturaleza, y lo era mucho más en 1950. Ese aislamiento creó una cultura volcada a sí mismo, los brasileños no entienden bien a los demás, lo mismo pasa con otros países grandes como Estados Unidos, Rusia, o China. Hay una sensación de potencia irreal y la sorpresa es a veces cuando las cosas que uno espera no suceden. Una de las teorías es que en 1950 ocurrió esto", explicó.

 

- Diferencias en 64 años -

 

Brasil es hoy la séptima economía del mundo, en la última década ha sacado a 40 millones de habitantes de la pobreza y su población, que reclama más prosperidad y calidad de vida, ya no vive solo de fútbol.

 

La Copa ha sido asimismo un éxito para muchos brasileños que temían una vergüenza nacional frente al mundo: un éxito deportivo en general, con lluvias de goles y partidos con sorpresas, y un éxito de organización pese a los atrasos en las obras de los estadios antes del inicio del torneo.

 

"Esta Copa del Mundo ha sido un verdadero regalo para Brasil. Los brasileños vieron partidos increíbles, con la mejor cobertura mediática de todos los tiempos. Incluso los que no fueron a los estadios tuvieron una experiencia muy viva del torneo", dijo Pedro Trengrouse, consultor de la ONU para el Mundial.

 

Pero nadie esperaba una derrota tan aplastante de la Seleçao, y a muchos brasileños les costará tragarla.