Marcha indígena entra en la recta final hacia Quito

ECUADOR.- Los caminantes partieron ayer de Riobamba
09 ago 2015 , 09:19
Redacción

Hoy la caminata prevé alcanzar la ciudad de Latacunga y llegar a Quito el lunes.

 

Los caminantes partieron ayer de Riobamba, llegaron a Ambato y descansaron en la vecina localidad indígena de Salasaca.

 

La manifestación partió el pasado domingo del cantón El Pangui, en la provincia de , para recorrer más de 700 kilómetros hasta la capital.

 

 

Esa medida de hecho se sumará a una paralización general convocada para el próximo jueves por el , la mayor central obrera del país y aliada de la , con la que comparte un pliego de rectificaciones que han propuesto de manera pública al Gobierno.

 

Herrera recordó que las demandas abarcan el archivo de unas enmiendas constitucionales impulsadas por el Gobierno, que incluyen la reelección presidencial indefinida, así como la derogatoria de una Ley de Aguas.

 

También exigen el archivo de unas reformas a la, la derogación de unos decretos considerados "antiobreros" y el libre acceso a la educación universitaria, entre otras.

 

Asimismo, el directivo dijo que la demandan al Gobierno poner fin a la y la liberación de detenidos durante las últimas manifestaciones.

 

Herrera lamentó que el Ejecutivo no haya dado una solución a sus demandas y aseguró que los indígenas que participan en la acción de protesta no regresarán a sus comunidades hasta que haya una "repuesta concreta".

 

El líder indígena también afirmó que "no hay ningún tipo de desestabilización" contra el Gobierno en las manifestaciones de la Conaie y el FUT y que estas no buscan hacer "el juego a la derecha", como ha dicho temer el presidente Correa.

 

 

El mandatario dijo que no le extrañaría que los grupos de derechas aprovechen la movilización sindical e indígena que, según dijo, intentaría llegar al Palacio de Gobierno y a la sede de la Asamblea Nacional.

 

 

 

Incluso comparó la situación actual con el alzamiento policial del 30 de septiembre de 2010, que el Gobierno interpreta como un intento de golpe de Estado y que fue una de las jornadas más difíciles para la administración de Correa, en el poder desde enero de 2007.