La Mama Negra llena de color a Latacunga en medio del paro nacional
Este martes, el ambiente en la ciudad cambió por completo con el color y la alegría de 75 comparsas. La jornada arrancó frente a la iglesia de la Virgen de la Merced, donde se recitaron loas en su honor.
En un mismo día, la ciudad fue fortín y carnaval. El centro histórico, sede temporal del gobierno, estuvo cercado en 30 cuadras. Y en las calles donde desde 1720 iniciaba el pregón, esta vez solo se contaron 200 uniformados vigilando.
El desfile tuvo que rodear esa zona blindada y avanzar por calles alternas.
Al son de la banda, comenzó el trayecto. Los personajes mantuvieron intacto su entusiasmo: el capitán, el abanderado y la Mama Negra, que conserva el anonimato.
“Aquí los pueblos, nacionalidades y organizaciones sociales saben que la Mama Negra es popular, es del pueblo, y no podemos contaminarla con escenarios políticos. Lo hacemos en honor a la Virgen de las Mercedes”, dijo la Mama Negra.
Espectadores incluso se acomodaron detrás de las vallas para no perderse ningún detalle.
Latacunga vivió dos escenas opuestas: de un lado, el centro colonial convertido en fortín, con vallas, alambres y fuerte resguardo policial y militar; del otro, las comparsas, la música y la tradición que impulsan más de 3 000 participantes en una fiesta que se extenderá hasta el domingo.
Aunque hay calles bloqueadas en Imbabura y Pichincha, hoy a esta fiesta llegaron cerca de seis mil personas.
“Nos arriesgamos a venir a disfrutar de la fiesta y a compartir también con la familia”, expresó José Vizuete, turista.
El tramo más desafiante fue la empinada subida al Calvario, con una inclinación de 45 grados. Los ashangueros cargaron más de 200 libras de alimento destinado a toda la comparsa que participó, símbolo de una fiesta que también exige resistencia.