La educación particular en Ecuador, que enfrenta una crisis económica, recibe cada vez menos alumnos

En Ecuador, la educación privada enfrenta una crisis silenciosa. Reducción sostenida de matrículas, alta morosidad de pensiones y nuevos desafíos financieros, que comprometen su sostenibilidad.

Así lo revela el más reciente informe regional Educación en Cifras: panorama financiero de las instituciones educativas en Latinoamérica, elaborado por Mattilda, una firma de tecnología financiera aplicada a la educación, con presencia en México, Colombia y Ecuador.

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El estudio, basado en encuestas a 173 colegios en Quito, Guayaquil, Ambato y Loja, arroja datos preocupantes:

José Tena, codirector de la firma en Ecuador y Colombia, explica las razones. "Hoy el sector educativo enfrenta una crisis sistémica, no solo en Ecuador, sino en toda Latinoamérica, debido a las bajas tasas de natalidad", comentó.

Agregó que actualmente hay cada vez menos alumnos para más colegios y muchas de esas instituciones están semivacías. "Más del 60 % están por debajo del 75 % de su capacidad", dijo.

A esto se suma que en ciudades como Guayaquil, el impacto de la violencia y la inseguridad, afectan la asistencia regular y fomentan la deserción escolar.

De tener listas de espera antes de la pandemia, muchas instituciones pasaron a luchar para evitar el cierre.

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"La parte pedagógica es nuestro negocio, pero en la parte administrativo es donde estamos flaqueando. No atendemos eso y colegios lamentablemente tienen que cerrar", dijo Roberto Zambrano, director de la Unidad Educativa Ancón.

Frente a esta realidad, directivos de más de 20 planteles particulares y representantes de asociaciones educativas se reunieron en Guayaquil.

Entre las soluciones propuestas están la automatización de procesos administrativos, la integración tecnológica en la gestión y el fortalecimiento del marketing institucional.

"Hoy en día los papás son cada vez más selectivos. Nos pasamos entres tres y cuatro horas en el celular, entonces, están empezando a elegir colegios por redes sociales", dijo Tena.

Pero no siempre las estrategias son suficientes. Cuando la morosidad se vuelve insostenible, para muchos planteles lo único que queda es derivar al estudiante al sistema fiscal.

En una próxima entrega, le contaremos las dificultades que, según directivos de instituciones particulares, estarían complicando el traslado de estudiantes con deudas al sistema fiscal, dejando a los colegios en la obligación de continuar prestando el servicio educativo pese a limitaciones económicas.