Chile aplicará la quinta dosis contra covid-19, ¿Ecuador debería hacer lo mismo?

Especialistas consideran que la prioridad es completar las dos dosis de refuerzo
Joven recibe su dosis de vacuna en Quito.()
02 ago 2022 , 13:43
Daniela Maggi

En Ecuador, el esquema completo de vacunación son dos dosis y hay otras dos de refuerzo, es decir en total cuatro. Sin embargo, en Chile, un referente en el proceso de inoculación a nivel mundial, las autoridades anunciaron la aplicación de una quinta dosis, lo que provoca la duda de si es necesario tomar esa medida en Ecuador, tomando en cuenta el incremento de casos.

El anuncio en Chile lo hizo la ministra de Salud María Begoña Yarza, sin precisar cuándo comenzaría la inoculación, pero se especula que podría ser en 2023, pues dijo que con la cuarta dosis ya se ha logrado un buen nivel de inmunidad.

Las autoridades ecuatorianas no se han pronunciado sobre esa posibilidad, sin embargo sí han emprendido una campaña de vacunación masiva contra covid-19 para destrabar el estancamiento en la aplicación de las dosis de refuerzo.

Nikolaos Kyriakidis, especialista en inmunología, dice que una quinta dosis se podría evaluar especialmente para pacientes con inmunosupresión, algún tipo de cáncer, personas transplantadas o con cardiopatías. Sin embargo, enfatiza que Ecuador debe centrarse en motivar las dosis de refuerzo vigentes, la cuarta dosis solo ha llegado a 1.2 millones de personas en el país.

Alrededor del 87 % de la población mayor de 3 años tiene una dosis aplicada, el 84,5 % la segunda y cerca del 60 % tiene la primera de refuerzo, es decir, cerca de 7 millones de personas. El objetivo se centra en esta última cifra, el Gobierno plantea alcanzar al 90% de la población.

¿Van a seguir aumentando el número de dosis de refuerzo recomendadas?

Kyriakidis dice que no. "Lo más probable es que se va a convertir en dosis anuales, bisanuales", además ve con esperanza que se desarrollen nuevas vacunas que tengan una mejor respuesta en el sistema inmunológico.

El experto incluso hace mención a las vacunas de tipo nasales, que no provocan los efectos de las intramusculares y que además generan defensas "en el campo de batalla", es decir en la nariz, bronquios y boca.

En contraste, también reconoce que pueden haber nuevas variantes que sean más resistentes a las vacunas que existen. Insiste en que el covid-19 es un virus nuevo y que se conoce poco de él.

Dice que cada dosis de refuerzo tiene justamente ese objetivo: construir un escudo de defensas, y que mientras más personas tengan una mejor respuesta al virus este va a ser más débil.

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