La entrega del campo Sacha, ¿un buen negocio para el Ecuador?
El Gobierno ha dicho que la entrega del campo Sacha al consorcio Sinopetrol es un buen negocio para el Estado, porque está previsto que la mayor parte de sus ganancias regresen al Estado.
Para eso, tiene dos vías: por un lado, el pago de $1.500 millones que hará el consorcio, sumado al ahorro de operación porque en los próximos 20 años el estado ya no deberá invertir en la operación del campo. En ese tiempo el estado tendrá al menos el 19% del petróleo que se produzca.
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La segunda vía es por el pago de impuestos y tasas. El monto de ganancia dependerá de factores que no son fijos, como el precio internacional del petróleo y las tasas internacionales de comercialización.
El principal impuesto que deberá pagar el consorcio es a la renta. Está fijado en el 25% de las ganancias de la operación y lo debe pagar cada año. Ese porcentaje puede bajar por las deducciones a las que cada contribuyente accede según la ley.
El otro impuesto es el IVA, también se declara cada año y va hasta el 13% de las transferencias de bienes y servicios; las empresas pueden pedir las devoluciones establecidas en la ley.
Para el consorcio hay otros impuestos. La denominada Ley Amazónica contempla que las petroleras deben pagar el 4% del valor de venta por cada barril, con un mínimo de $2. El consorcio pagaría en este momento $2.60 centavos por cada barril.
El contrato prevé que Sinopetrol pagará igualmente tasas por servicios; una de las más significativas es la de transporte de crudo por el oleoducto, fijada en $3.33 centavos por cada barril. Según el Gobierno, el pago de estas y otras tasas permitirá que las ganancias del consorcio se reduzcan a alrededor del 20% anual