Correr, escribir y amar: las confesiones de Murakami

HarukiMurakami corre todos los días, y también escribe. Y entre las dos actividades desgrana el mundo.
02 oct 2015 , 05:49
Redacción

Murakami escribe con una sencillez y profundidad impresionantes.

apanchana@ecuavisa.com

 

Haruk iMurakami corre todos los días, y también escribe. Y entre las dos actividades desgrana el mundo. Son sus rituales.  “Soy una persona con más estructura física que inteligente”, “Escribir una novela me exige malgastar mucha fuerza física”, “En mi caso, la mayoría de lo que sé sobre escribir lo he ido aprendiendo corriendo por la calle cada mañana”. Las frases pertenecen a su libro más íntimo, a ratos sus memorias:

 

El escritor japonés más leído del mundo (Kioto, 1949) dejó su bar de jazz en 1982 para, en adelante, concentrar su vida en la literatura. Pero al año siguiente el deporte también lo atrapó. Es un maratonista profesional. 

 

“Mis músculos son tan testarudos como yo” (…)“Soy de los que, a base de someter el propio cuerpo a cargas reales y de hacer que los músculos se quejen (a veces con grandes alaridos), van consiguiendo que suba de veras la aguja del indicador de su grado de comprensión hasta que, por fin, quedan satisfechos” (…).

 

Murakami ha participado en las principales maratones del mundo. Alguna vez tuvo la locura de hacer una de 100 kilómetros y quedó molido. 

 

Esta obra –que le tomó más de 10 años escribir y que publicó en 2010 bajo el sello Tusquets Editores-es una profunda reflexión del autor sobre la influencia que este deporte ha ejercido en su vida y obra. “Tal vez se deba a mi complicada manera de ser, pero, como soy una persona incapaz de pensar a fondo sobre algo si antes no intento convertirlo en letras, también para poder reflexionar sobre el sentido de correr tenía que ponerme manos a la obra e intentar escribir un texto como este”. 

 

Explica en las 230 páginas sus duros entrenamientos diarios y su afán de superación; su pasión por la música, y describe los lugares a los que viaja. 

 

“¿Cuánto debo fijarme en el paisaje exterior y cuánto concentrarme profundamente en mi interior? ¿Hasta qué punto debo creer firmemente en mi capacidad y hasta qué punto debo dudar de ella?

 

Murakami escribe con una sencillez y profundidad impresionantes. Y si aún no se ha percatado, presta el título al volumen de relatos cortos de su venerado escritor Raymond Carver,

 

Las confesiones de Murakami se pueden resumir en correr, escribir y, sobre todo, amar… amar con una sencillez honda: