Marc Ouellet, la esperanza de Canadá de llegar al Pontificado
Quizás para los laicos católicos no sea muy conocido, pero el nombre de Marc Ouellet suena como papable desde el día que Juan Pablo II lo creó cardenal en el 2003. Solo dos años después cuando tuvieron que escoger un nuevo papa, Ouellet era aún muy joven para ser tomado en cuenta.
“Recuerdo que el día posterior al cónclave le dije a la prensa que Benedicto sería un gran Papa, y creo que tenía razón. Fue un gran maestro de la fe, un padre para la iglesia”, comenta Ouellet.
Pero Benedicto XVI ya renunció y en casi ocho años las cosas han cambiado para este cardenal que nació en un pequeño pueblo de Canadá. Su familia reconoce que está entregado al sacerdocio y que descubrió su vocación literalmente por accidente.
“De hecho se quebró la pierna jugando jockey y tuvo que quedarse mucho tiempo en casa. Eso lo llevó a reflexionar, a una etapa de contemplación”, cuenta Louis Ouellet, hermano del Cardenal.
Hoy, el canadiense es el Prefecto de la Congregación de Obispos y ha interactuado con el resto de Obispos de casi todo el mundo. Muchos cardenales identifican plenamente a Ouellet y esto es una ventaja pues ser conocido es algo muy importante cuando se llega al cónclave. Aunque él no cree que será electo: “Obviamente yo aún no me veo a ese nivel, porque he visto todo lo que implica, el nivel de responsabilidad. Por otro lado, yo creo que el Espíritu Santo ayudará a los cardenales a hacer una buena elección para el liderazgo de la Iglesia católica en el futuro”.
Con 68 años, habla seis idiomas -francés, inglés, alemán, español, italiano y portugués-, una ventaja enorme en el pontificado moderno. Dedicó muchos años de su vida, como profesor en varios seminarios de Colombia, a la formación de futuros sacerdotes. Conoce muy bien, pues, América Latina -presidía la comisión pontificia para esa región hasta la renuncia papal- y también la curia romana.
Sin embargo, hay un hecho embarazoso en la familia de Ouellet. En el 2003, uno de sus hermanos, Paul, se declaró culpable de acoso sexual a dos chicas adolescentes. En cuanto al carácter, se dice que el cardenal quebequés es un hombre muy emotivo, de lágrima fácil, y eso puede ser inconveniente para mandar en el Vaticano.
Por haber vivido el escándalo de la pederastia eclesial durante su periodo en Quebec, Ouellet es un cardenal que entiende bien la magnitud del daño moral causado a la Iglesia. Según el británico The Times, fue él quien cogió el teléfono, la semana pasada, y habló con el purpurado escocés Keith O'Brien -quien admitió conducta sexual inapropiada- para convencerle de que no participara en el próximo cónclave.
Ouellet tiene una trayectoria equilibrada entre experiencia pastoral, que en su momento lo llevó a ser el Obispo de Québec, y cargos altos en la jerarquía vaticana. En lo doctrinal se lo considera fiel a la línea de Juan Pablo II y Benedicto XVI.