Assad y su esposa reaparecen triunfantes en plena desbandada rebelde de Homs
Cientos de niños huérfanos de la guerra aclamaron al mandatario durante un acto en la capital.
Siria celebró este martes el Día de los Mártires y el presidente Bashar al Assad no desaprovechó la ocasión para darse un baño de masas acompañado de su mujer, Asma, mientras los rebeldes preparaban su salida de la simbólica ciudad de Homs, informaron medios como ABC de España.
En un acto organizado en Damasco, la capital, la pareja presidencial fue aclamada por cientos de niños y jóvenes hijos de militares y seguidores del régimen fallecidos durante la guerra de más de tres años que sacude al país. El presidente y su esposa respondieron con muestras de afecto de todo tipo.
El medio señaló que, Assad dijo que Siria siempre estará orgullosa de sus mártires, sus familias y de aquellos que ofrecen protección a la patria, informa la agencia oficial Sana.
''Tenéis que estar orgullosos de vuestros padres por haber ofrecido su sangre en beneficio de la patria y los ciudadanos. Si todos fueran fuertes y firmes y no se dejaran intimidar como vosotros y vuestras familias, sin duda se obtendría la victoria sobre los terroristas'', en referencia a los insurgentes.
''En la próxima celebración del Día de los Mártires nos reuniremos si dios quiere no solo por ese motivo sino para celebrar también nuestra victoria sobre los terroristas que han perpetrado crímenes horrorosos sobre la gente de Siria'', dijo triunfante el presidente.
La esposa del presidente dijo a los niños, también según la agencia Sana, que el coraje de sus padres debe ser un motivo para desplegar más esfuerzos en sus estudios y llegar a ser héroes en la defensa de la patria.
El encuentro tuvo lugar mientras en la ciudad de Homs, símbolo de los rebeldes en la guerra civil abierta en marzo de 2011 y en la que han muerto más de 100.000 personas, los insurgentes se preparaban para abandonar sus puestos en lo que claramente supone una importante victoria para el régimen de Damasco.
Miles de personas, víctimas del hambre y la escasez de medicinas, sufren desde hace dos años el cerco del Ejército en este enclave fundamental para el devenir del conflicto.