3 conclusiones de las marchas a favor y en contra del gobierno de Petro en Colombia

Petro y su familia en el balcón del Palacio de Nariño.()
16 feb 2023 , 10:51
BBC News Mundo

"El presidente de Colombia invita a su pueblo a levantarse", dijo Gustavo Petro el martes en una marcha convocada por el oficialismo para defender sus reformas. "El cambio no es posible sin el pueblo", añadió.

Fue la primera vez en la historia reciente que un presidente daba un discurso desde un balcón del palacio presidencial. Lo acompañaron su esposa y su hija. En Bogotá lo vieron cientos de militantes que llenaron la Plaza de Armas que colinda con el Congreso. En el resto del país también marcharon.

Al día siguiente fue el turno de la oposición. Muchos vestidos de blanco, algunos con pancartas que calificaban a Petro de "tirano" y "peor que Chávez", miles salieron a las calles en varias ciudades a defender el sistema de salud, el capitalismo y la democracia, que supuestamente está bajo amenaza.

Es una voz en reacción a Petro, que tiene proyectos de reforma laboral y pensional; planes para cambiar la policía, la educación pública y la justicia; y, como parte de su "paz total", propuestas de ley de sometimiento de criminales para que confiesen y salgan de la delincuencia.

Pero la protagonista de la semana fue su reforma a la salud, que Petro envió el lunes al Congreso y pretende desprivatizar una parte importante del sistema. Muchos, incluidos aliados y miembros de su gabinete, han manifestado escepticismo por la reforma, porque el sistema de salud colombiano, si bien fragmentado y deficiente para algunos, reporta alta cobertura y, según encuestas, relativa satisfacción de la mayoría de los usuarios.

"El gobierno ha elegido jugarse casi todo su capital político en esta reforma con un texto radical en sus principios y sin tener a todo su gabinete alineado en la misma línea", dice el politólogo Yann Basset.

"El presidente, en su discurso, pareció ambientar la posibilidad de una derrota, que la reforma finalmente no pase", añade Basset.

Petro empezó su mandato, hace siete meses, con una amplia coalición a su favor en el Congreso. Con ella aprobó una ambiciosa reforma tributaria. Pero los expertos creen que tantas reformas en tantos frentes, cuando el país —y el mundo— vive una crisis económica, pueden generar una fractura parlamentaria.

Ninguna de las marchas a favor y en contra de Petro esta semana fue masiva o comparable a las de 2019 y 2021, que muchos calificaron de "estallido social". Eso, sin embargo, no significa que hayan sido las últimas de este gobierno reformista.

Estas son tres conclusiones que dejó la semana de las marchas y contramarchas en Colombia.

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Las marchas de la oposición congregaron a más gente que las de Petro.

1. La luna de miel de Petro terminó

Durante los seis primeros meses de su mandato, Petro gozó de aprobación en la opinión pública, los medios y los estamentos políticos. El carácter histórico de su elección, la primera de un izquierdista y exguerrillero, le dio un capital político extraordinario.

Pero luego vinieron la devaluación del peso, las contradicciones dentro del gabinete, los nombramientos de políticos cuestionados y ahora, la reforma de la salud.

El día del discurso del presidente, un puñado de parlamentarios, entre ellos varios oficialistas, firmaron una carta pidiendo que la ley de la reforma a la salud sea de carácter estatutario —y no ordinario—, lo que significaría un trámite más largo y complejo en el Congreso. Incluso si terminan tramitándola por la vía ordinaria, de entrada está claro que hay cantidad una congresistas escépticos.

La semana pasada, además, tres encuestas mostraron un bajón de entre 5 y 10 puntos en la aprobación de Petro, que ahora ronda el 35%.

Al menos esta semana, dice Basset, "Petro perdió el pulso en la calle, en la opinión y de pronto en el Congreso".

Y la politóloga Sandra Botero añade: "Creer que todos los que votaron por Petro necesariamente aprueban sus reformas es un cálculo optimista, pero quizá no del todo acertado".

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Petro desde el balcón, una imagen que probablemente se repita en estos 3 años y medio que le quedan.

2. Petro usará la calle para gobernar

Durante la campaña, Petro advirtió que si el Congreso no le aprobaba sus reformas, acudiría a la calle, a esa movilización social que se manifestó en 2019 y 2021 y que en general lo apoya.

El martes lo reiteró: "Debo advertir que, si por alguna circunstancia las reformas se entrabaran en Colombia, lo único que se está haciendo es no construir los caminos de un pacto social, de la paz".

"Al pueblo es al que le corresponde profundizar esas reformas hasta donde ustedes digan (...) el cambio no consiste solamente en ganar unas elecciones, sino en movilizarse permanentemente", añadió.

Con el llamado a la calle, Petro apela a una faceta principal de su carrera política: el discurso.

Contundentes exposiciones en el Congreso denunciando el vínculo entre políticos y paramilitares, defensas de su alcaldía de Bogotá con emotivas arengas desde el balcón con megáfono en mano, más de 100 intervenciones en plazas públicas en la última campaña y vehementes discursos en Naciones Unidas y la COP27 el año pasado son parte de la experiencia de Petro en eso de hablar.

La oratoria contenciosa ha sido una de las principales herramientas de su exitosa carrera política. Y ahora como portavoz del oficialismo, la va a usar.

"No sorprende la convocatoria de Petro a la movilización por la naturaleza del movimiento que lo llevó al poder", dice Botero. "Es su estilo".

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3. La oposición empieza a encontrar su narrativa

Tras las elecciones del año pasado, la derecha colombiana quedó desgastada y divida. La baja popularidad del saliente presidente, Iván Duque, y los procesos judiciales en contra de su líder natural, Álvaro Uribe, pasaron factura.

Petro ganó por solo tres puntos, pero la simbología de su victoria y el pragmatismo que mostró en un principio al acercarse a la oposición dejaron a sus contrincantes sin narrativa.

Pero ahora, en vísperas de las elecciones regionales de octubre y ante el desgaste normal que puede sufrir Petro, la derecha empieza a encontrar una línea de acción.

"La oposición viene desgastada y debilitada, pero ahora tiene una oportunidad", dice Botero. "Está intentando apropiarse del repertorio de protestas y debería tratar de dar una discusión programática sobre las reformas".

Como Petro quiere hacer reformas en todos los ámbitos, la oposición tiene una amplia baraja de opciones. Pero tendrá que escoger, según Botero, "cuál es la discusión que quiere dar".

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La oposición parece encontrar una narrativa en el discurso reaccionario.

Hay una oposición preocupada por la personalidad de Petro, que consideran autoritaria y demagógica; otra que critica su "paz total", un supuesto "sometimiento del Estado a los criminales"; y hay una oposición concentrada en el detalle de cada reforma y los nombramientos y alianzas polémicos.

El uribismo en la oposición demostró, con el discurso del "castrochavismo", ser muy eficiente durante el gobierno de Juan Manuel Santos.

Pero la derecha ha cambiado y el presidente es un personaje muy distinto: un exguerrillero, nada menos.

La derecha colombiana se encuentra en la necesidad de decidir qué oposición le conviene hacerle a Petro. Desde la contrareforma hasta la acusación de que "es Chávez". Cómo escoja marcará el grado de éxito.

Petrismo y antipetrismo, en todo caso, estarán en las calles durante los próximos años.

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