Artistas latinos enfrentan trabas para entrar a EE. UU. y llevar su música al mundo
Lo que antes era una gira soñada por EE.UU., hoy se convierte en un laberinto de papeles, visas rechazadas y oportunidades perdidas. Artistas latinos como Peso Pluma, Grupo Frontera o Natanael Cano se han visto directamente afectados por las políticas migratorias que siguen vigentes desde la era Trump.
La música no escapa a la política, y muchos talentos ven cómo su proyección internacional se debilita por trámites migratorios cada vez más complicados.
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Visas negadas: cuando el arte no es suficiente
Las nuevas reglas migratorias en EE.UU. imponen mayores exigencias para artistas extranjeros que desean trabajar o presentarse en el país.
Las visas tipo O y P (para personas con habilidades extraordinarias en las artes) ahora requieren más pruebas, más tiempo y, en muchos casos, se niegan sin explicación clara.
Peso Pluma, por ejemplo, tuvo que cancelar conciertos en EE.UU. tras complicaciones con el visado, generando pérdidas económicas y decepción entre sus fans.
Giras detenidas, festivales sin Latinos
Festivales que solían contar con una importante presencia de artistas latinos ahora deben ajustarse. Grupos como Grupo Frontera o Yahritza y Su Esencia han reportado demoras o restricciones para ingresar al país, lo que también afecta a los organizadores y al público.
La barrera no es el talento, es la política. Y mientras las reglas no cambien, el intercambio cultural seguirá en riesgo.
La cancelación de fechas no solo frustra a los artistas, sino que afecta al ecosistema musical completo: promotores, managers, técnicos, medios, y sobre todo al público latino en EE.UU. que espera ver a sus ídolos en vivo.
“Ya teníamos vendidas todas las entradas en Nueva York. La cancelación fue devastadora”, contó el productor de un evento de regional mexicano.
Ante estas trabas, algunos artistas optan por enfocarse en Europa o Latinoamérica, donde los requisitos son más accesibles. Pero muchos coinciden en que EE.UU. sigue siendo una plaza clave, y esperan que se revisen estas políticas que afectan directamente al arte.
Mientras no se flexibilicen los procesos migratorios para los artistas, la diversidad cultural de los escenarios estadounidenses estará incompleta. Y el público pierde tanto como el músico.
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