Michelle Williams rompe el silencio y habló de su duelo tras la muerte de Heath Ledger
En una reciente entrevista para el podcast Armchair Expert, conducido por Dax Shepard, Michelle Williams compartió por primera vez detalles sobre su relación con Heath Ledger, la muerte del actor en 2008 y cómo ha sido criar a su hija Matilda lejos del foco mediático. La conversación, recogida por Vanity Fair, revela una historia de amor, duelo y resiliencia.
Williams y Ledger se conocieron en 2004 durante el rodaje de Brokeback Mountain, donde interpretaron a una pareja casada. El vínculo traspasó la pantalla.
“Nunca me había enamorado tan rápidamente de alguien”, confesó la actriz.
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En ese entonces, Ledger estaba en pleno proceso de desintoxicación, lo que, según Williams, hizo que la conexión fuera aún más intensa.
Un año después, en octubre de 2005, nació Matilda Rose. Convertirse en madre a una edad temprana fue un proceso desafiante.
“Quizá eso es lo bueno de ser joven: no tienes la experiencia suficiente para poner todo en contexto, así que simplemente te dejas llevar por la corriente”, reflexionó.
La relación con Ledger terminó en 2007, un año antes de su trágica muerte por una sobredosis accidental de medicamentos. La actriz habló del peso que el actor llevaba sobre sus hombros:
“Tenía una sensibilidad increíble, un corazón que se desbordaba por todas partes... pero también mucha tristeza”.
Tras su muerte, Williams asumió la crianza de Matilda en solitario. En la entrevista, compartió cómo ha aprendido a mostrar vulnerabilidad como parte del proceso educativo.
“Cuando cometo un error delante de mi hija y asumo la responsabilidad disculpándome, le enseño a hacer lo mismo... ¿Cometiste un error? ¡Genial! Ya he hecho cinco hoy”.
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Aunque con los años ha reconstruido su vida, se casó con el director Thomas Kail y tuvo dos hijos más, la actriz admitió que aún hay una herida abierta.
“Solo hay una cosa a la que no puedo aplicar este pensamiento: Matilda, que no tiene a su padre”, dijo.
Con voz pausada y serena, Michelle Williams narró no solo una historia íntima, sino también profundamente humana. La historia de una madre que, desde el dolor, el amor y la ternura, continúa construyendo una vida para su hija.