Emelec retira acción de protección por incidentes en el Clásico del Astillero
El Club Sport Emelec ha desistido oficialmente de la acción de protección presentada ante la justicia ordinaria, con la que buscaba dejar sin efecto la sanción impuesta por la Comisión Disciplinaria de LigaPro.
La medida disciplinaria obliga al club ‘eléctrico’ a jugar cuatro partidos sin público en el estadio George Capwell, como castigo por los incidentes ocurridos el pasado 14 de septiembre durante el Clásico del Astillero, donde el conjunto ‘azul’ cayó 4-0 ante Barcelona SC.
Lea: La FIFA sanciona a Emelec con prohibición de fichar por deuda con Leandro Vega
La información fue confirmada en un documento remitido al juez asignado al caso, donde Jorge Guzmán, presidente del club, expone las razones legales para retirar la solicitud. “El Club Sport Emelec es una persona jurídica que desarrolla actividades deportivas de ámbito nacional e internacional que le impiden continuar con la presente acción constitucional”, indica el escrito.
Además, el club reconoce una limitante reglamentaria: “Según la disposición décima quinta del Reglamento General de Competiciones de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), el Club Sport Emelec se encuentra impedido de presentar acciones en contra de las decisiones adoptadas por la Federación Ecuatoriana de Fútbol”.
Cabe recordar que en su momento, la dirigencia ‘azul’ había planteado una demanda contra la FEF, LigaPro y la Cámara de Comercio de Guayaquil, en su calidad de representante de la Comisión Disciplinaria del Centro de Arbitraje.
En el documento inicial, Emelec argumentaba que la sanción vulneraba derechos constitucionales como el uso y goce del estadio, el trabajo de quienes dependen de los eventos deportivos, la recreación del público, y la libertad de asociación de sus hinchas.
¿Qué sigue para Emelec?
Tras retirar la acción de protección, Emelec deberá acatar la sanción impuesta por la Comisión Disciplinaria y jugar sin público los próximos cuatro partidos en el Capwell.
La dirigencia, por su parte, deberá evaluar otras estrategias jurídicas y deportivas para afrontar lo que resta de la temporada, mientras intenta controlar la tensión con sus hinchas y recuperar el rumbo futbolístico.
Este giro en el caso marca un nuevo capítulo en un año complejo para el club guayaquileño, donde las decisiones administrativas y el comportamiento de la afición han tenido consecuencias directas sobre la planificación deportiva.