Carmenza Zárate... la mamá del "Tigre" Falcao

Radamel Falcao siempre fue apoyado por su madre.
09 may 2014 , 12:45

Radamel Falcao recibió sus primeras clases de Dios y el fútbol de su madre, Carmenza Zárate.

Si alguien escucha el nombre de Carmenza Zárate, seguramente pasará desapercibido, pero si agregamos que es la madre de Radamel Falcao, muchos tendrán en la mente los goles del "Tigre" con distintas camisetas, incluída la de la selección Colombia.

 

La vida de Radamel Falcao tiene como pilar fundamental a su madre, una mujer que supo guiarlo con las dificultades de ser esposa de un futbolista que por su actividad recorría el mundo y no se asentaban en un solo lugar.

 

Carmenza Zárate le dio al "Tigre" Falcao un hogar, indistintamente del lugar, y le inculcó el amor a Jesús a través de relatos a la hora de dormir que lo llevaban a un mundo de "héroes"  surgidos de las páginas de la Biblia, que fue calando en el goleador que profesa el culto evangélico.

 

Además le dio sus primeras charlas técnicas, ya que Falcao no entendía por qué motivo su padre Radamel en los partidos no abandonaba la defensa y no marcaba goles, y debió explicarle que su tarea era de evitar los tantos, defender su arco de los rivales.

 

Carmenza veía a su pequeño y sabía que sería futbolista, pero solo si él quería, y ella estaba dispuesta a ayudarlo a formarse, a crecer, madurar y que con libre albedrío, él tomara su camino.

 

La revista colombiana Cromos detalla que Carmenza nunca obligó a nada a Falcao, "pero tampoco lo dejó solo" y "fueron fieles compañeros en la soledad, entre los partidos y las concentraciones de Radamel (su padre). Como gitanos recorrieron el mundo y como gitanos, detrás del padre, se adaptaron a todos los lugares por donde pasaban".

 

Pese a las dificultades por los cambios de casa, Falcao siempre tuvo en su madre a la persona que lo apoyaba en el fútbol y en la búsqueda de Dios.

 

Con muy corta edad invitaba a jugar y después a  su casa a los pequeños del barrio en que viviera y su madre siempre estuvo atenta para atender a los "nuevos amigos" que dejaba cada vez que su papá cambiaba de equipo y de ciudad, y con ello Carmenza se daba a la tarea de buscar otra iglesia donde congregarse y otro campo para que el pequeño Falcao siguiera aprendiendo de su Dios y del fútbol.

 

Con un padre futbolista, los primeros pasos de Radamel en el fútbol formativo fueron exigentes pero también tuvo la voz de dulzura de madre apoyando y respaldando los destellos de crack que ya daba el ahora jugador del Mónaco francés.

 

"Radamel Falcao y su mamá eran inseparables. Desde que él era muy niño, ella entendió cuál era su vocación y dedicó su vida a acompañarlo: lo apoyaba con las tareas, lo llevaba a los entrenamientos y le inculcó la religión", se detalla.

 

Falcao no tiene a su madre al lado, ella está en Bogotá, pero el goleador nunca la olvida y ella le recuerda que así como ella lo llevó a Dios a través de relatos, ahora él debe junto a su esposa Lorelei Tarón, que ha tomado la posta en la vida de gitanos, contarle a su hija Dominique esas historias de Abraham, Moisés y demás, para inculcar el amor a Dios y respaldarla en el camino que ella decida tomar.