Noboa y la crisis de comunicación

Presidente Daniel Noboa en un evento en Chimborazo.()
19 nov 2025 , 19:20
Carlos Rojas

La mejor manera de entender el nombramiento del radiodifusor quiteño, Álvaro Rosero, como nuevo ministro de Gobierno, es viendo cómo el presidente Daniel Noboa finalmente constata que su política de comunicación entró en crisis.

La estrepitosa derrota en la consulta popular así lo demuestra. Los videos en redes sociales, excesivamente superficiales, ya no generan adhesiones. Y hasta podría decirse que para la gente que los consumía se volvieron antipáticos.

La pésima articulación de las vocerías gubernamentales abonó al desplome del sí, porque nunca tuvieron orden ni consistencia. Generaron confusión y miedo en temas tan sensibles como las reformas a la Seguridad Social; señalar que Ecuador es el único país que paga décimos o anticipar que, de haber una base militar extranjera, esta podría ubicarse en Galápagos.

Todos abonaron al caos. Más aún los personajes encargados de defender la validez de las cuatro preguntas planteadas sin argumentos de peso. Esta tarea era, sin lugar a dudas, más difícil para el oficialismo porque tres preguntas (financiamiento a partidos, reducción de asambleístas y nueva constituyente) estuvieron mal planteadas desde un inicio, con unos estatutos llenos de errores que terminaron por repeler al electorado.

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Además, el presidente Noboa se equivocó demasiado en sus discursos y reflexiones, por ejemplo, cuando ironizó con lo de una Constitución redactada por ChatGPT o cuando se negó a explicar a profundidad y detalle los cambios que quería emprender en la carta política.

La pregunta de cajón que surge ante tantos tropiezos es por qué no había un ministro que articule todos estos mensajes y ponga a los interlocutores gubernamentales a aprenderse la lección. ¿No era esa la tarea de Zaida Rovira o de Irene Vélez?

¿Por qué la vocera presidencial Carolina Jaramillo se expuso al desgaste político al punto de casi no tener fuerzas ni líneas de cercanía con la prensa para defender la consulta?

Está claro que las pastillas en TikTok e Instagram no suplieron las inmensas dudas que la gente tenía sobre el alcance de las reformas que Noboa quiso emprender este 16 de noviembre.

¿Faltó mayor comunicación, persuasión y pedagogía? ¿Una relación directa y respetuosa con la prensa independiente que cuestiona a Noboa, como a todo presidente, porque esa es su misión democrática?

¿El papel que hasta ahora han jugado los medios y plataformas digitales afines al Gobierno también se agotó?

En medio de todas estas reflexiones llega Álvaro Rosero, que si bien ha demostrado desde sus redes sociales y sus micrófonos una sintonía excesivamente cercana al Presidente y su agenda, es alguien que conoce de opinión pública y que tiene la posibilidad de golpear las puertas de la prensa sería a fin de reconstruir la agenda comunicacional del mandatario.

Muchos se preguntarán por qué Rosero no reemplaza a Irene Vélez en la Secretaría de Comunicación. La respuesta está en el hecho de que el trabajo del periodismo independiente es fundamental en el momento muy duro, por cierto, por el que atraviesa el Presidente, al punto de convertirse en una prioridad política para el Ministerio de Gobierno.

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Es algo mucho más urgente que la faceta de negociación con las oposiciones y sectores sociales, donde el flamante funcionario tendrá que demostrar habilidad y buen juicio, pues ha sido por años uno de los mayores críticos del correísmo.

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