Noboa-Luisa: ¿doble segunda vuelta?
La reciente encuesta de Informe Confidencial da al presidente Daniel Noboa un 34% de intención de voto y a la candidata correísta, Luisa González, 32%. De dichos números pueden salir, al menos, cuatro conclusiones:
1.- Hay empate técnico, aunque con una ligera ventaja para Noboa cuya caída por la crisis eléctrica, de momento, se ha estabilizado.
2.- La aspirante de la Revolución Ciudadana está a un punto de lograr el mismo respaldo de la primera vuelta electoral de 2023: 33,6%.
3.- De los otros 14 candidatos, no hay ninguno que por ahora les haga calor.
4.- El fenómeno Jan Tópic se despejó y su salida del escenario electoral aventajó a los dos.
Estas cifras coinciden, en cuanto a tendencia, con las de Comunicaliza, por lo que Ecuador tendría dos elecciones con los mismos finalistas seguros. Es decir, una suerte de doble segunda vuelta.
Algo inédito y aburrido, a menos que la intención de voto en las próximas 10 semanas cambie y suba algún tercero que obligue al país a salir de esta suerte de binarismo para ensayar nuevas alianzas.
Como se ha explicado en análisis anteriores, una final Noboa-Luisa o Luisa-Noboa es el mejor de los mundos para las dos candidaturas porque se entiende que el Presidente querrá apelar al anticorreísmo para vencer. O que Luisa sienta que el desgaste de Noboa es suficiente para romper su techo electoral del 48% en segunda vuelta.
Hay que tomar en cuenta que si Luisa gana la primera vuelta y Noboa va segundo, ese orden debilitaría al mandatario de cara al balotaje. Por lo que su misión consiste en entrar primero.
Por otro lado, si llegara a sorprender una tercera opción que desplace de la segunda vuelta a uno de los dos, este tendría más ventajas para vencer.
La encuesta de Informe Confidencial es un espejo de las grandes maquinarias electorales que están ya desplegadas por todo el territorio. Noboa, apoyado en la fuerza del Gobierno y el control del Estado, así como las bases del exPrian de su papá y las brigadas médicas de su mamá, famosas desde 1998.
El correísmo, que tiene una estructura partidista disciplinada, bien organizada y coherente. Además del apoyo que de los gobiernos locales que están bajo su gestión. En eso, personajes como Paola Pabón son verdaderas máquinas de trabajo.
En cuanto a ideas y temas de conversación, Noboa tiene la sartén por el mango y más allá de que le toca hacer frente a los graves traspiés de su gestión, es el único que logra instalar una agenda. Al correísmo, de momento, le falta frescura y sorpresa.