Del baile al susto: IDV dejó vivo a un River que nunca muere

Independiente demostró en la Libertadores que le falta oficio para cerrar partidos grandes.
Sebastian Driussi, de River Plate, celebra su gol ante Independiente del Valle.()
24 abr 2025 , 12:58
Marco Carrasco

Por un momento, el fútbol ecuatoriano soñó con otra gesta de Independiente del Valle en la Copa Libertadores. Un 2-0 frente a River Plate no se consigue todos los días, mucho menos jugando con autoridad, velocidad y precisión en la primera mitad.

El problema, como suele ocurrir en estos niveles, no es solo llegar a la cima del marcador, sino mantenerse ahí cuando el rival se sacude y te exige jerarquía. Y ahí es donde este equipo volvió a mostrar una herida abierta: A IDV le falta oficio para cerrar partidos grandes.

El empate 2-2 en Sangolquí dejó sensaciones encontradas. Por un lado, Independiente del Valle fue capaz de exhibir momentos brillantes frente a un gigante del continente. Claudio Spinelli se vistió de killer con un doblete, y figuras como Renato Ibarra y Layan Loor mostraron que el Matagigantes sigue teniendo dinamita en los costados.

Pero por otro, la caída anímica y táctica del segundo tiempo expuso los límites de un plantel que, a pesar de su talento, no termina de consolidar una personalidad copera a la altura de sus ambiciones.

River hizo lo que los grandes hacen cuando están contra las cuerdas: ajustó piezas, leyó mejor el partido, y con paciencia y empuje encontró los goles que necesitaba.

Gallardo volvió a demostrar por qué es uno de los técnicos más lúcidos del continente. Le bastó con dos retoques –Galoppo y Lanzini– para darle vuelta al ritmo del encuentro.

En cambio, al técnico español Javier Rabanal le faltó respuesta desde el banco. Su equipo se desdibujó cuando más lo necesitaba.

El empate, más allá de lo emocional, mantiene a todos los equipos del Grupo B vivos. River lidera con 5 puntos, mientras que Independiente, Barcelona y Universitario están al acecho con 4 y 3 unidades, respectivamente. Todo está abierto.

Pero si algo quedó claro es que a Independiente no le alcanza solo con el talento. Para pelear de verdad en la Copa Libertadores, hay que saber sufrir, ensuciar partidos y resistir embestidas. Porque dominar un tiempo no basta. Porque en la Copa, los gigantes no mueren: River dio el ejemplo.

TAG RELACIONADOS