26 oct 2012 , 04:42

Matan elefantes con ametralladoras por el marfil

   

En un avión ultraligero, Luis Arranz inspecciona en las mañanas el vasto Parque Nacional Garamba, que dirige desde hace cinco años. Fotos: Nuria Ortega En sus más de dos décadas como director de parques nacionales en África, el biólogo español Luis Arranz jamás había visto algo así.

En un avión ultraligero, Luis Arranz inspecciona en las mañanas el vasto Parque Nacional Garamba, que dirige desde hace cinco años. Fotos: Nuria Ortega

En sus más de dos décadas como director de parques nacionales en África, el biólogo español Luis Arranz jamás había visto algo así.

Arranz dirige desde hace cinco años el Parque Nacional Garamba, en el noroeste de la República Democrática del Congo, y con su vasta experiencia en reservas del continente ya conocía bien el triste espectáculo de elefantes muertos por su marfil a manos de cazadores furtivos.

Pero lo que constató en abril de este año no tenía precedentes.

"El precio del marfil ha subido mucho y la gente está dispuesta a todo. Hasta ahora luchábamos contra grupos de furtivos no muy numerosos, pero ahora vemos grupos de más de 30 personas y llevan armas pesadas como ametralladoras"

Luis Arranz, director del Parque Nacional Garamba, RD Congo

"Uno de los elefantes que teníamos marcados con radiocollar dejó de moverse y fuimos a ver que había pasado", relató Arranz a BBC Mundo desde Garamba.

"Encontramos un grupo de cinco elefantes muertos todos juntos, los adultos protegiendo a las crías lo que es bastante raro pues los elefantes en cuanto oyen un disparo corren. También nos chocó que alrededor de los elefantes había muchas huellas de gente pero no encontramos ninguna que llegara o saliera del lugar".

En total habían muerto 22 elefantes en varios grupos y muestras de ADN de los animales están siendo investigadas por Interpol.

"Aunque nunca había pasado, sospechamos que podrían haber sido matados desde un helicóptero. Recuperamos algunos cráneos para constatar que en todos la bala había entrado por la parte de arriba de la cabeza".

La matanza de elefantes ha escalado a nuevos niveles de violencia, con armas y equipo cada vez más sofisticado y con la participación de grupos rebeldes, según Arranz, quien compara el comercio ilegal de marfil con el tráfico de drogas.

"El problema es que el precio del marfil ha subido mucho, lo cuál quiere decir que la gente está dispuesta a todo por conseguirlo. Hasta ahora luchábamos contra grupos de furtivos no muy numerosos y generalmente no muy bien armados, pero ahora vemos grupos de más de 30 personas y llevan armas pesadas como ametralladoras".

"El comercio de marfil tiene el mismo problema que el narcotráfico. Y si la gente lo sigue pidiendo y cada vez paga más va a ser imposible pararlo".

"No echan marcha atrás"

El Parque Nacional Garamba tiene unos 5.000 kilómetros cuadrados y emplea cerca de 140 guardas. En las mañanas, Arranz también inspecciona la reserva desde un avión ultraligero, pero la extensión de bosque virgen es demasiado vasta para ser controlada por completo.

"Son realmente los guardas los que están haciendo posible que el parque siga existiendo".

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"Los guardas arriesgan simplemente su vida pues la mayoría de los encuentros con los furtivos acaban en tiroteo. Tenemos armas muy viejas (la mayoría AK 47) y en mal estado y además tenemos muchos problemas para conseguir munición por lo que no podemos hacer ejercicios de tiro para entrenamiento. Esto es lo primero que necesitamos, armas en buen estado y munición suficiente", dijo Arranz a BBC Mundo.

Un grupo de guardas debe permanecer además en la estación "porque ya nos atacaron una vez en 2009 y mataron 16 personas".

Algunos de los guardas llevan muchos años en Garamba, como Alexandre Tamoasi o Agare.

"Ambos han tenido muchas cruzadas y tiroteos con los furtivos pero no echan marcha atrás. Son realmente ellos los que están haciendo posible que el parque siga existiendo a pesar de todos los problemas".

"Kony"

La matanza de elefantes para lucrar con el marfil por parte de grupos armados como el Ejército de Resistencia del Señor, Lord Resistance Army o LRA de Uganda no es especulación, según Arranz.

"El número de elefantes muertos ilegalmente en 2011 asciende probablemente a decenas de miles", según la organización MIKE.

"Hasta ahora la mayoría de los furtivos era gente local o que venía a matar elefantes incluso desde Sudán".

"El LRA lleva aquí cinco o seis años y creemos que nunca había matado elefantes, pero este año tenemos la seguridad de que sí lo han hecho porque hemos rescatado algunos niños", añadió Arranz.

"El LRA ha secuestrado al parecer más de 30 mil niños para convertir a los niños en soldados y a las niñas en esclavas sexuales. Cada vez que hay un tiroteo con ellos hay niños que intentan escapar y a veces lo consiguen".

"Esos niños nos han contado que este año el LRA tiene órdenes del líder, Joseph Kony, de matar elefantes para mandarle los colmillos y ellos han visto en varios casos grupos de gente que sale con 10, 15, 20 colmillos no se sabe a donde a llevar el marfil a Kony. Supongo que será para financiarse". Kony es acusado de crímenes de guerra y es buscado por la Corte Penal Internacional.

China, el principal destino

¿Qué puede hacerse para combatir el tráfico ilegal de marfil?

El kilo de marfil puede alcanzar hasta US$1.000, según Arranz, quien ha visto colmillos de 40 kilos.

Así como en el siglo XIX los elefantes eran muertos para satisfacer la demanda de naciones europeas como Bélgica, la antigua potencial colonial de RD Congo, hoy en día el mayor destino del marfil es Asia y especialmente China. Ver gráfico.

"El problema es que en China son más de 1.300 millones de persona y con que cada una quiera tener medio kilo de marfil no hay elefante en el mundo que sea suficiente"

Luis Arranz

"Con 29 toneladas decomisadas entre 2009 y 2011, China es con mucho, el principal destino del marfil ilegal, seguida de Tailandia", dijo a BBC Mundo Julian Blanc, director de MIKE, Monitoring of Illegal Killing of Elephants, la organización que monitorea la matanza ilegal de elefantes a nivel internacional.

El marfil decomisado es apenas un porcentaje del traficado en forma ilegal. "Por el momento todo lo que podemos decir con alguna certeza es que el número de elefantes muertos ilegalmente en 2011 probablemente ascienda a las decenas de miles de individuos", afirmó Blanc.

Para Arranz, "el problema es que en China son más de 1.300 millones de persona y con que cada una quiera tener medio kilo de marfil no hay elefante en el mundo que sea suficiente".

Para el biólogo español, no debe permitirse un comercio regulado sino prohibirse totalmente la venta de marfil.

"La solución sería tratar de convencer no sólo a China, sino a otros países en Asia, a Europa y Estados Unidos de que se acabe de una vez con el tráfico de marfil que no sirve para nada".

"En el caso de los cuernos de rinoceronte algunas personas piensan que tiene poderes medicinales, pero el marfil se quiere solamente para poner delante de la TV una figurita y por esa escultura que no sirve para nada está muriendo mucha gente".

"Como pocas cosas en el mundo"

Arranz ha dirigido parques nacionales en Guinea Ecuatorial, Angola y Chad.

"En este mundo hay pocas cosas como ver un grupo de 400 elefantes desplazándose por la savana".

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El Parque Nacional Garamba es gestionado por African Parks, una fundación con sede en Sudáfrica, y es financiado principalmente por la Unión Europea, además de recibir fondos de la cooperación española y el Banco Mundial entre otros.

En el parque Zakouma, que Arranz dirigió en Chad, la población de elefantes pasó de unos 3.800 a 400. "Ha sido una verdadera carnicería". Y lo mismo podría suceder en Garamba.

“Si ahora nos fuéramos de aquí y la Unión Europea dejara de dar dinero en un año no quedaría ni un elefante, ni un hipopótamo ni un bufalo, nada. Si ahora desaparecen los animales y la gente se instala en su interior, luego será completamente imposible rehabilitarlo".

Antes de la migración se juntan grandes poblaciones y en Garamba es posible sobrevolar grupos de cientos de elefantes.

"Yo creo que en este mundo hay pocas cosas como ver un grupo de 400 elefantes desplazándose por la sabana. Cada vez es más dificil ver esto porque estamos acabando con ellos. Nadie cuestiona que gastemos millones en museos o en obras de arte y en cambio, lo que ya tenemos no somos capaces de conservarlo. Simplemente no tenemos derecho a no dejárselo a los que vengan después de nosotros”.

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