Luna, la gatita robada en Quito que activó a las redes sociales para su rescate

Casi 24 horas de miedo y preocupación vivió Santiago Realpe cuando, al regresar a su vehículo, vio la ventana del copiloto rota y el asiento vacío. En menos de 15 minutos, antisociales rompieron el cristal para robarle un bolso y otros objetos que dejó en el interior.

Lo que no sabían era que en él transportaba a su gatita, Luna, que había recibido el alta después de varios días en el veterinario.

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El hecho ocurrió cerca de las 18:00 del lunes, 27 de noviembre, en el norte de Quito. Santiago se llevaba a Luna luego de una semana difícil, pues comenzó a sufrir convulsiones y le enviaron a realizarle una resonancia magnética.

"Paré en una farmacia donde debían hacer la reformulación de su medicina. Al regresar, me encuentro a mi vehículo con la ventana del copiloto rota, a pesar de tener lámina de seguridad. Cuando entro al auto no encuentro la maleta con la gata. Entré en desesperación", contó el hombre a Ecuavisa.com.

Santiago y Luna compartieron cuatro años. Él la rescató en el 2019, poco antes de la pandemia, y fueron compañeros inseparables durante los meses de encierro. "Siempre me dijeron que era una gata muy agresiva, con una personalidad bastante enojona. Y cuando yo me acerqué, se dejó acariciar, me lamió", contó el hombre sobre el día de la adopción.

Estos recuerdos llegaron a su mente al ver que su mascota no estaba, y se sumó la preocupación por su frágil estado de salud. De inmediato, publicó su caso en redes sociales, mientras su esposa y otros familiares llegaban hasta la av. Edmundo Carvajal para ayudar con la búsqueda.

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Indagaron por toda la zona, revisaron incluso en los basureros, pues temían que los antisociales hubieran abandonado allí a Luna. Se mantuvieron en el sector hasta cerca de las 22:00, pero no hallaron pistas.

En las redes sociales, en cambio, la historia se compartía frenéticamente. El caso de la gatita robada tuvo un alcance de 370 mil usuarios en X (antes Twitter), donde también se compartió más de dos mil veces. En Instagram y Facebook ocurrió lo mismo.

Las decenas de mensajes de aliento impactaron a Santiago la mañana del 28 de noviembre. Retomó la búsqueda desde temprano hasta que, cerca de las 11:30 recibió la llamada que había estado esperando: habían encontrado a Luna.

La felina fue abandonada en el baño de una pollería ubicada en la av. América y Brasil. Maricela Araque, trabajadora del lugar, decidió llevarla a su casa, en Otavalo y, al día siguiente, su jefe le contó que se trataba de la gatita que fue robada.

Antes de recuperarla, Santiago recibió una llamada extorsiva. Por WhatsApp, un desconocido le dijo que tenía a su mascota y que si no quería que la lastimara, debía depositarle dinero. Al saber la verdad, no accedió.

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Cerca de las 15:00, Luna regresó y él la llevó de inmediato para que un especialista la revisara. Sin embargo, el tiempo que pasó sin su medicina y los cuidados necesarios hicieron que su enfermedad empeorara rápidamente y debieron dormirla para evitar que siguiera sufriendo.

Aunque devastado, Santiago agradeció a los cientos de personas que ayudaron a Luna a regresar con su familia. Con seguridad, sostiene que no fue casualidad. "Como dicen, tú no adoptas un gato, el gato te adopta, te elige a ti y es lo que me pasó con Lunita".