Varios partidos políticos se sienten ganadores ante los resultados de la consulta popular

Sin cerrarse aún las urnas, y ya estaba llena la camioneta del triunfo. Allí se acomodaron todos como podían, apretados, ajustando las narrativas, negando hasta lo evidente, pero lo importante era estar allí.

Si uno se fijara únicamente en los decires de los políticos podría concluir que ganaron todos, pero no fue así. Sin embargo, en Carondelet hubo festejos. El presidente de la República, en redes sociales, se refirió a los resultados como un triunfo, a su equipo lo calificó de ganador.

Desde esta mañana sus voceros sumaron a la sacada de cuerpo que le hicieron a la pregunta del trabajo por horas, horas antes de la jornada electoral, atribuyéndola a Construye, sumaron la del arbitraje internacional. Dicen que ese tema la acogieron del Partido Social Cristiano.

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La primera lectura que hacen es matemática. Ganaron nueve, pero perdieron dos, las que fueron recogidas en el camino, y por ende no han perdido nada, así de simple. Así de superficial si se quiere.

En el Partido Social Cristiano (PSC) destacan que abrumadoramente los ecuatorianos se pronunciaron por medidas para combatir con éxito la delincuencia y el narcotráfico.

Lo cual es altamente positivo, pero no se desmarcan del empleo por horas y de los arbitrajes, que también impulsaban. Dicen que fue la falta de información y el uso de argumentos falsos lo que conspiró para no poner en vigencia estas reformas.

"Pronto el país se dará cuenta de su imprescindible necesidad para generar crecimiento económico, seguridad y empleo", señala un comunicado firmado por Alfredo Serrano, presidente del PSC.

En Construye hay una postura similar. No ven los resultados de la consulta como un pronunciamiento unívoco, y entonces destacan que se aprobó la extradición y la extinción de dominio, recordando que fueron propuestas de Fernando Villavicencio, en el sentido de ser herramientas para vencer a las mafias, la narcopolítica y el crimen organizado.

Luego de agradecer a los millones que votaron a favor del trabajo por horas, señalan que insistirán en esa y en otras reformas hasta lograr que el país tenga un régimen laboral moderno.

El presidente de la Conaie, Leonidas Iza, recorre también ese andarivel. "Este no es un triunfo de una persona, de un dirigente o de una organización", afirmó.

Quizás el único que puede reclamar como propio el triunfo del No en las preguntas sobre régimen laboral y arbitrajes sea Unidad Popular.

Desde el principio se opusieron a esos temas y, aunque con limitaciones, hicieron una campaña direccionada.

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"El pueblo dijo que quiere empleo digno, con salario y con estabilidad. Eso solamente se puede conseguir bajando las tasas de interés para apoyar las pequeñas y medianas empresas, que generan empleo en este país", dijo Geovanny Atarihuana, director nacional de la Unidad Popular.

El correísmo, con una nula autocrítica que los caracteriza, no termina de procesar los resultados. Elaboró un relato con retazos, y no se hace cargo del rechazo que recibió su propuesta de decirle que no a toda la consulta del gobierno.

Ahora dicen que solo las preguntas sobre el trabajo por horas y los arbitrajes internacionales eran las importantes. Pero no explican por qué entonces se oponían a todas. Y no es porque no tenga explicación, sino porque en su fuero interno la saben impresentable.