04 sep 2023 , 20:30

Los ecosistemas afectados por los incendios tardan hasta 20 años en recuperarse

Los procesos de reforestación se deben realizar entre uno y dos años después del incendio, mientras se genera una capa fértil en el suelo.

La última semana de agosto y los primeros días de septiembre registraron fuertes afectaciones a la flora y fauna por los incontrolables incendios registrados en Pichincha, Azuay y Loja. Durante estos días, casi mil hectáreas de terreno fueron consumidas por las llamas en estas tres provincias, según balances oficiales.

En Malacatos, Loja, quedaron incineradas más de 100 hectáreas; en Quito fueron 147 y en Azuay: 612 en Oña, en Nabón 300 y 120 en Cuenca.

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La afectación real de los incendios forestales es muy difícil de cuantificar, según Verónica Arias, exsecretaria de Ambiente de Quito. La experta explica que, debido a que se trata de intangibles, solamente se pueden realizar aproximaciones de la cantidad de animales y plantas que se perdieron.

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"Son hábitats altamente sensibles y muy difíciles de recuperar. Hay venados, lobos de páramo, conejos, reptiles y anfibios, además de todas las especies de flora endémica", dice Arias.

Lo que sí se puede cuantificar es el tiempo que toma la recuperación de estos espacios. La especialista dice que lo óptimo es dejar que haya una recuperación natural que se produce especialmente en la temporada de lluvia. Sin embargo, este proceso toma entre 15 y 20 años.

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Recuperación de las áreas afectadas

La reforestación es una acción fundamental para restaurar las áreas afectadas. No obstante, esto no se puede hacer de inmediato. Estudios de la Secretaría de Ambiente de Quito exponen que las áreas afectadas por el fuego deben esperar al menos uno o dos años para iniciar con el proceso de reforestación.

Verónica Arias señala que, en este tiempo, el suelo genera una nueva capa fértil que permite que los árboles se asienten y crezcan.

Pero esto únicamente con la flora que se puede volver a sembrar. El Cuerpo de Bomberos Quito explica que hay otras especies, como matorrales, arbustos y pajonales que crecen de forma natural. En el incendio de zonas como Itulcachi, El Arenal o El Chiche se perdieron árboles como pencos, nogales o arrayanes.

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A ello se suma la fauna afectada: culebras, lagartijas, quindes, búhos, mirlos, puerco espines, ratones, conejos, entre otros animales murieron incinerados o asfixiados por el humo.

Acciones para recuperar las zonas afectadas

Los Municipios del país, especialmente de la Sierra, donde se registra la mayoría de incendios forestales, cuentan con planes de prevención. Verónica Arias asegura que prevenir es la clave.

Una de las principales acciones es evitar las quemas de sembríos. Estos tienen un alto porcentaje de peligrosidad, pues se salen de control y se extienden con facilidad.

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La reforestación también es fundamental. La Exsecretaria de Ambiente asegura que un cinturón verde fuerte al rededor de la ciudad y los valles permite que la temperatura baje y que los ecosistemas dentro de los bosques se fortalezcan. Es preferible sembrar árboles nativos para mantener los hábitats intactos.

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