04 may 2013 , 09:53

La abogada de los casos imposibles defiende al sospechoso de Boston

Judy Clarke es una abogada acostumbrada a defender clientes en casos imposibles.

Judy Clarke es una abogada acostumbrada a defender clientes en casos imposibles, esos que generan sentimientos apasionados y en los que la opinión pública ya ha emitido su propio veredicto de culpable. Como el caso de su nuevo cliente, el sospechoso del atentado en el maratón de Boston, Dzhokhar Tsarnaev.

 

Con su hermano Tamerlan -fallecido en un operativo de la policía- están acusados de haber plantado dos bombas caseras en la meta de la prestigiosa carrera en la que tres personas murieron y unas 260 resultaron heridas, algunas de gravedad.

 

La fiscalía federal acusa a Tsarnaev de utilizar un arma de destrucción masiva y podría enfrentar la pena de muerte.

 

Una encuesta realizada por el diario The Washington Post y la cadena de TV ABC encontró que esa es la condena que la mayoría esperaría ver administrada.

 

Casos de alto perfil

Judy Clarke, una férrea opositora a la pena de muerte, ha tomado la defensa de casos de muy alto perfil.

 

La carrera defendiendo a los individuos más notorios por sus acciones extremas se inició en 1995, en Carolina del Sur, con el caso de Susan Smith, una madre encontrada culpable de ahogar a sus dos hijos porque, se entendió después, quería regresar al lado de su amante que no estaba interesado en tener una familia. La corte la condenó a pasar el resto de su vida bajo rejas.

 

Otro de esos casos fue el de Ted Kaczynski, conocido como el Unabomber, quien, durante casi dos décadas, envió paquetes con explosivos a diferentes víctimas por todo Estados Unidos matando a tres personas e hiriendo a 23. Fue condenado en 1998 a cadena perpetua.

 

Más recientemente, Clarke defendió a Zacarías Moussaoui, que se declaró culpable de participar en los atentados de 11-S, y a Jared Loughner, que abrió fuego durante un cabildo abierto en Arizona en 2012, matando a seis e hiriendo a 13, incluyendo a la entonces representante a la Cámara Baja, Gabrielle Giffords.

 

Loughner fue sentenciado en noviembre pasado a cadena perpetua. Moussaoui recibió esa misma condena en 2006.

 

La Constitución de Estados Unidos garantiza un juicio justo e, inclusive, una representación legal pagada por el estado en caso de que el individuo no tenga los medios, sin embargo, muchos se preguntan qué lleva una abogada a asumir la defensa de acusados en crímenes horrendos.

 

"Ese es uno de los extraordinarios ejemplos de nuestro sistema legal", dijo Theodore Simon, abogado criminalista en Filadelfia, Pensilvania.

 

"Un juez tiene el deber de asignar a los mejores y más brillantes abogados para defender a los acusados de las peores ofensas", continuó.

 

Con frecuencia, Judy Clarke es reclutada por el equipo de defensa de un acusado notorio aun cuando el caso no se esté juzgando en su jurisdicción, como es lo que ocurre con el juicio que se le seguirá a Dzhozhar Tsarnaev.

 

Según Theodore Simon, esa es una señal de su eficacia y dedicación a la Constitución y la representación de cualquier individuo aunque éste se perciba como el autor de un horrible crimen.

 

"Estoy orgulloso de decir que conozco a Judy desde hace más de 25 años y es una de las mejores y más efectivas abogadas en EE.UU..

 

Particularmente en el manejo de casos de homicidio extremadamente difíciles que se encuentran en la encrucijada de tener el perfil más alto y la publicidad más negativa", expresó.

 

Por debajo del radar

Simon, por su parte, ha estado involucrado en sus propios casos de mucha publicidad. El más reciente fue la defensa de Amanda Knox, una joven estadounidense encontrada culpable en Italia del asesinato de una amiga británica.

 

El abogado tuvo un papel muy visible en los medios en la defensa de Knox, cuyo veredicto fue derogado y fue liberada para regresar a EE.UU.

 

Airear un caso en público puede ser una táctica beneficiosa, señaló Simon, pero su colega Judy Clarke prefiere volar por debajo del radar.

 

"Se puede garantizar que Judy no dará entrevistas a los medios. Ella lleva el caso en el tribunal y no tratará de hacerlo en el foro de la opinión pública", aseguró.

 

No obstante, los medios y el público estadounidense ya parece que han formado su opinión en torno a lo que debe suceder con Dzhokhar Tsarnaev por su participación en el atentado en Boston.

 

La percepción presenta grandes desafíos a la defensa. Tres muertos, muchos heridos y un hecho que sucedió en un día de celebración pública.

 

Factores mitigantes

Aunque todavía no se conoce el motivo, ya se percibe como un acto "antiestadounidense" y Judy Clarke tendrá que hacer una defensa frente un jurado compuesto por ciudadanos de la comunidad donde sucedió el atentado.

 

La fiscalía ha aludido que buscará la pena de muerte, algo a lo que férreamente se opone la abogada.

 

En una de sus contadas declaraciones públicas, durante una conferencia legal en Los Ángeles, California, Clarke declaró que a raíz de su trabajo conoce el daño que ha hecho la pena capital en Estados Unidos.

 

Theodore Simon añadió que ese daño lo siente tanto el ejecutado y su familia como los que llevan a cabo la ejecución.

 

En todo caso, el abogado criminalista consideró que en el caso de las bombas en Boston hay factores mitigantes que podrían ser favorables para la defensa.

 

A pesar de la evidencia contundente, hay elementos como la juventud del acusado, el poder e influencia que ejerció sobre él su hermano mayor, el papel que jugó y su disponibilidad para colaborar con las autoridades. Hay muchos asuntos de hecho, legales y psicológicos que se pueden explorar para evitar la pena de muerte.

 

"En Estados Unidos se dice que hay dos cosas inevitables en la vida: los impuestos y la muerte. En este caso también hay dos cosas inevitables: Judy Clarke jamás hablará con los medios y nadie está mejor preparada que ella para salvar la vida de este joven", concluyó.

 

 

 

 

 

 

 

 

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