Justicia británica procesa por primera vez casos de ablación femenina

La Fiscalía británica anunció hoy la imputación de dos personas por practicar la ablación femenina, en lo que supone la primera vez que sospechosos de este delito se sentarán en el banquillo en el Reino Unido.

La Fiscalía precisó que, tras revisar información remitida por la Policía, ha decidido presentar cargos contra el doctor Dhanoun Dharmasena, del hospital Whittington de Londres, y un segundo sospechoso, Hasan Mohamed, que no es profesional médico.

Dharmasena está acusado de haber practicado la ablación a una paciente después de que ésta diera a luz en noviembre de 2012 -al parecer, la mutiló en el supuesto de que le corregía una ablación practicada anteriormente-, con la ayuda de Mohamed, acusado de ayudar al colegiado.

"Habiendo considerado todas las pruebas disponibles, he decidido que hay suficientes indicios y que será de interés público procesar al doctor Dhanoun Dharmasena por un delito contrario a la ley de mutilación genital femenina de 2003", declaró la directora del Servicio de fiscalía de la corona (CPS), Alison Saunders.

Mohamed está acusado a su vez de "alentar intencionadamente un delito de mutilación genital femenina, contrario a la ley de delitos graves" y de otro por ayudar, incitar, aconsejar o procurar para que Dharmasena cometiera la ablación, señaló la fiscal.

Ambos acusados comparecerán el 15 de abril ante la Corte de magistrados de Westminster, en Londres.

La oficina de la Fiscalía señaló que había analizado además tres casos viejos y uno nuevo pero no había hallado pruebas suficientes para presentar cargos.

En uno de ellos, un padre había llamado a una organización de apoyo contra la ablación para preguntar dónde podía practicársela a sus hijas y el otro se refería a unos padres que supuestamente habían llevado a su hija al extranjero para ser mutilada.

La mutilación genital femenina es ilegal en el Reino Unido desde 1985 y en 2003 la condena máxima se elevó de cinco a 14 años de cárcel, si bien hasta ahora no se ha procesado a nadie.

El Gobierno británico ha reforzado este año la lucha contra la ablación, un rito frecuente entre comunidades de Asia, Oriente Medio y África, y ha dispuesto que los hospitales públicos informen de los casos que observen.