20 jun 2013 , 07:45

El error que enredó a la infanta Cristina

El Ministro de Hacienda pidió disculpas a la Casa del Rey por lo que definió como un error.

Una acusación, el número 14, una hija del rey, un error - o más bien 13- y una disculpa. Estos son los elementos del último capítulo del escándalo que salpica a la Casa Real española y que cada vez se parece más a una película de enredos.

 

Las alarmas saltaron cuando el Ministerio de Hacienda reconoció esta semana que se había cometido un error al asociar a la segunda hija del rey Juan Carlos, la infanta Cristina de Borbón, con la venta de 13 inmuebles y fincas entre 2005 y 2006 por aproximadamente US$1.800.000.

 

La infanta, quien hace unos meses fue llamada a declarar por el caso Nóos -la investigación de corrupción política en la que está implicada su esposo, Iñaki Urdangarin- negó desde el principio cualquier vinculación con esas propiedades.

 

También lo hicieron los compradores de esas viviendas y fincas rurales quienes dijeron a los medios locales habérselas comprado a personas -en algunos casos de su propia familia- que nada tenían que ver con la Casa Real.

 

La explicación del "error" no ha acabado con las dudas y las suspicacias en torno al caso crecen, en lo que es de por sí un mal momento para la Casa Real española.

 

¿Cómo es posible?

Este miércoles, en una comparecencia parlamentaria, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, pidió disculpas a la Casa del Rey por lo que definió como un error "lamentable" y "desgraciado" que atribuyó a un fallo "en un procedimiento administrativo donde se gestionan millones y millones de datos".

 

El ministro respondió a quienes hablan de "manipulación" que no vean "fantasmas volando" y dijo que esperará los resultados de una investigación en marcha.

 

Pero españoles siguen preguntándose cómo es posible que se haya producido semejante error y cómo algo así pudo pasar desapercibido entre varios funcionarios.

 

"La verdad es que nosotros también estamos sorprendidos de que existan estos errores. La agencia tributaria lo ha explicado. Ha dado una explicación que si bien es entendible no es disculpable", le dijo a BBC Mundo Ransés Pérez Boga, presidente de la Organización

Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado (IHE).

 

Pese a que Pérez Boga asegura que la práctica de dar información de sus registros sin corroborarla no es habitual en la Agencia Tributaria, insta a este organismo a ir al origen del problema para determinar si hubo un error administrativo o un intento de fraude.

 

A su juicio, la sociedad debe saber si el error "ha estado en que las insistuciones del notariado y de los registros han dado mal la información o si esta fue veraz pero se alteró en la sede de la agencia tributario o si se tratra incluso de un supuesto hábil de defraudación presentada por algún contribuyente a fin de ocultar sus propias ventas y enajenaciones".

 

Suma de desprestigios

"Por aquí hay bastante confusión donde los que tienen cierta responsabilidad están ciertamente aduciendo que es un error humano o de informática y de momento la verdad no se sabe", le dice a BBC Mundo desde Barcelona Joaquín Roy, director del Centro de Excelencia de la Unión de Europea en la Universidad de Miami.

 

"Todo esto se magnifica por el hecho de todo lo que está pasando alrededor de la familia real y las sospechas de si eso ha sido provocado y, si ha sido provocado, por quién", explica Roy.

 

En un intento por dar con esas respuestas, el columnista de eldiario.es, Ignacio Escolar, aplica las matemáticas y un poco de ironía.

 

Escolar plantea la, a su juicio, remota posibilidad de que el lío se deba a "cuatro errores humanos consecutivos e independientes, uno detrás de otro y por parte de personas sin relación entre sí" que tramitaron las ventas y que enviaron el DNI de Cristina de Borbón a la base de datos de Hacienda.

 

Este nuevo capítulo del escándalo que afecta a la Casa Real llega en una España profundamente sumida en la crisis económica, con un 27% de desempleo y en el que, según los sondeos de opinión, los ciudadanos cada vez valoran menos a sus instituciones.

Joaquín Roy recuerda políticos, empresarios y hasta miembros de la familia real han visto muy mermado su prestigio.

 

"Esto no facilita nada el tratar de superar las crisis no solamente económica y política sino societal o moral", lamenta Roy.

 

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