13 nov 2017 , 07:32

El modelo matemático descifra a partir de qué número de personas un puente puede balancearse

Seguramente habrás notado al cruzar cualquier puente un leve movimiento en su estructura.

Seguramente habrás notado al cruzar cualquier puente un leve movimiento -casi imperceptible- en su estructura.

 

Pero si este bamboleo se hace más pronunciado nos encontramos ante un problema que, en la mayoría de los casos, se resuelve con una suspensión temporal del paso y una serie de modificaciones que pueden costar una fortuna.

 

Esto fue precisamente lo que pasó con el puente del Milenio, una estructura de acero colgante que cruza el río Támesis en Londres y que debió ser cerrado temporalmente pocos días después de su inauguración en el año 2000.

 

Una situación similar tuvo lugar en 2014 con el puente del Squibb Park en Brooklyn, Estados Unidos.

 

 

 

¿A qué se debe este problema?

 

Según un equipo de investigadores de la Universidad del Estado de Georgia, en Atlanta, EE.UU., el movimiento es el resultado de la interacción entre los pasos de los peatones y la frecuencia de movimiento natural de todo puente.

 

Estos científicos, que publicaron recientemente el resultado de su investigación en la revista Science Advances, desarrollaron un modelo matemático que, tomando en cuenta el largo, el ancho y el material del que está hecho el puente, determina a partir de qué número de personas la estructura empieza a generar un movimiento oscilatorio.

 

Mejores diseños

 

Este modelo, además, cuestiona la antigua creencia que decía que el vaivén aumenta gradualmente a medida que crece el número de gente sobre el puente.

 

Según Igor Belykh, matemático y coautor del estudio, el balanceo se inicia repentinamente cuando la cantidad de personas supera un límite específico.

 

Puente del Milenio

Por su movimiento, los londinenses lo bautizaron como el "puente tambaleante".

 

En el caso del puente londinense, esta frontera se sitúa en alrededor de 165 personas.

 

Cuando empieza a oscilar, todos se mueven de forma similar para estabilizarse, y esta sincronización hace que el bamboleo se intensifique.

 

 

Qué da inicio al vaivén inicial es algo que Belykh y sus colegas aún no han logrado determinar.

 

Pero estiman que está vinculado a la forma en que uno acomoda el andar para mantener el equilibrio.

 

Los investigadores creen que estos modelos matemáticos pueden ayudar a ingenieros y diseñadores a crear puentes más estables.

 

 

 

 

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