08 mar 2014 , 11:14

Empresa contrata a mujeres víctimas de violencia o jefas de hogar

El 95% de las trabajadoras de Creppes and Waffles son mujeres.

Una cadena de restaurantes creada en Colombia hace más de 30 años contrata, en su mayoría, a mujeres jefas de hogar o que han sido víctimas de violencia intrafamiliar.

 

Una de estas mujeres luchadoras es Estela Chicaiza, quien lleva más de 18 años trabajando para esta cadena de restaurantes. Nosotros la encontramos preparando comida 'gourmet' en una de las cocinas del restaurante Crepes and Waffles en Quito.

 

Estelita, como la llaman sus compañeras, forma parte de la marca en la que el 95% de sus empleados son mujeres cabeza de hogar.

 

Y es que hace más de 30 años, Eduardo Macías y Beatriz Fernández, una pareja de esposos colombianos universitarios, decidieron emprender su propia empresa de comida, pero con una particularidad: dar prioridad a mujeres que verdaderamente necesiten del trabajo: madres solteras, víctimas de violencia y jefas de familia. un modelo empresarial de gestión humana y de responsabilidad social.

 

Lucía Chiriboga, jefe de operaciones de los restaurantes, nos confirma esta historia relacionada con la inclusión de las madres en el mundo laboral, hace más de tres décadas.

"De estas mujeres nadie quería hacerse cargo porque genera mucha responsabilidad. Las chicas solo entregan compromiso, amor, gratitud y entusiasmo en las actividades que realizan", explica Chiriboga.

 

Estela está separada de su esposo hace 15 años, tiene dos hijas que han sido su deseo de superación. Hoy, tiene su casa propia y un auto incluso, su hija mayor trabaja con ella en la misma empresa.

 

De la experiencia de Estela pasamos a la juventud. 

 

Una juventud responsable, emprendedora y consciente reflejada en Martha Contreras. Ella es una esmeraldeña, mesera, mamá y esposa, tiene 22 años, a los 15 quedó embarazada, terminó los estudios secundarios y desde entonces trabaja para ayudar en la casa.

 

Ahora Martha es el sustento de su hogar, el padre de su hijo no tiene un trabajo estable, sin embargo, su mayor impulso es ver a su pequeño estudiar.

 

Lo que para algunas empresas podría ser una carga o un obstáculo al contratar a una mujer, para esta cadena de comida es una virtud que se manifiesta en el trabajo diario de mujeres que vieron en los problemas un impulso y un plan de vida para seguir adelante.

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