23 jul 2015 , 10:12

Los tesoros arquitectónicos de la urbe porteña

El mayor tesoro de Guayaquil es su patrimonio cultural.

Por: Julissa Suárez

Ecuavisa.com

 

En las faldas del cerro Santa Ana y a orillas del río Guayas está el barrio Las Peñas. Es el conjunto urbano arquitectónico más representativo de Guayaquil, que data desde el siglo XX

 

Con el arquitecto Miguel Yturralde, director regional del Instituto de Patrimonio Cultural, se realizó un recorrido por la empedrada calle Numa Pompilio Llona, que es parte del icónico barrio conformado por 36 edificaciones y que, es además, cuna de personajes ilustres.

 

“Aquí vivieron expresidentes de la república, como Eloy Alfaro, Alfredo Baquerizo Moreno, Carlos Alberto Arroyo del Río, Carlos Julio Arosemena Tola y otros”, rememoró Yturralde

 

Aquí se puede hallar una casa edificada en 1919, hace 96 años. Su arquitectura es el testimonio de una época, de una forma de construir las casas.

 

“Son casas de madera, madera de guayacán, guachapelí, porque nosotros tenemos la tradición de los astilleros donde teníamos maestros carpinteros, además de tener madera abundante en el medio”, explicó Yturralde

 

En Guayaquil hay 900 bienes inmuebles considerados como patrimonio cultural de la nación. Uno de ellos es el Palacio Municipal, icono arquitectónico de la urbe, inaugurado en 1929. Esta es la representación del paso de las construcciones de madera a infraestructuras clásicas, construidas con hormigón armado.

 

Era la década de los 20 cuando llegaron los italianos a construir edificios como la Gobernación que tiene una galería cubierta de hierro y vidrio.

 

El historiador Melvin Hoyos afirma que pocos años después las construcciones dejaron el estilo clásico para ser mas funcionales como el Museo Municipal. 

 

“Uno de los patrimonios tangibles con los que cuentan las ciudades, no solamente son las edificaciones que nos hablan del proceso de la arquitectura. Estamos hablando de las iglesias, estamos hablando de los parques y estamos hablando de algo que sí es más intangible, la estructura urbana”, explicó Hoyos. 

 

Obras que alimentan la identidad de los guayaquileños y son un tesoro histórico incalculable que, pese a los incendios, preservan los secretos más íntimos de una ciudad libre.

 

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