07 jul 2013 , 07:39

Jorge Drexler transportó a Guayaquil a su mundo abisal

Guayaquil en tan solo tres día inspiró al cantautor uruguayo a componer.

“Que nos enseñe el camino la noche guayaquileña, la del fino amor, la risueña y que quede este amorfino resonando por Las Peñas”, con esa premisa el cantautor uruguayo Jorge Drexler empezó su concierto en Guayaquil, una ciudad que en tan solo tres días lo inspiró a componer. 

 

Acompañado por su guitarra y dos músicos, el intérprete de ‘Todo se transforma’ logró envolver al público en su mágico mundo abisal que lo ha llevado a recorrer decenas de países. La interacción con los asistentes fue uno de los factores que le dio al espectáculo ese ambiente de informalidad y sencillez, logrando así que durante dos horas cientos de extraños se convirtieran en cómplices de aquel cantante que los incitaba a hablar, a pronunciarse, a elegir los temas que él interpretaría.

 

El ganador del óscar a mejor canción original por ‘Al otro lado del río’, en la película Diarios de Motocicleta, trasladó a su público al año 2005, cuando en la ceremonia de premiación la cantó a capela durante su discurso de agradecimiento, tras no haberla podido interpretar en vivo por ser considerado “poco conocido”. Ocho años después y en un escenario completamente distinto, Jorge Drexler la cantó nuevamente sin acompañamiento musical, evocando aquel momento que despertó los aplausos y el fervor de sus seguidores. 

 

De esa forma, el cantautor aprovechó la acústica del teatro, a la que hizo referencia en múltiples ocasiones. Pero también quiso demostrar que aquello de que "los músicos no bailamos, ya habrás oído decir”, como menciona en su tema ‘Don de Fluir’, es falso. Viviendo un instante de diversión, se dejó llevar por la melodía y bailó para su público que volvió a ovacionarlo. 

 

Así transcurrió una noche que se llenó de la policromía de un escenario en el que las luces cumplieron un rol fundamental para sumergir a Guayaquil en el mundo abisal de un cantante que no necesita poses para demostrar su grandeza; la magia de Jorge Drexler consiste en exponerse como un ser humano carismático, asequible a sus fanáticos y agradecido por el amor que le entregan. 

 

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