30 oct 2014 , 04:51

Dora Bruder, el retrato de una obsesión

La vida de Dora Bruder resume el sufrimiento de toda una época, Europa en la era hitlerian

Por: Allen Panchana Macay

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Todo empezó con un anuncio del periódico Paris-Soir del 31 de diciembre de 1941: “Se busca a una joven, Dora Bruder, de 15 años, 1,55 metros, rostro ovalado, ojos gris marrón, abrigo sport gris, pullover burdeos, falda y sombrero azul marino, zapatos sport marrón. Ponerse en contacto con el señor y la señora Bruder, bulevar Ornano, 41, París”.

 

Lo leyó Patrick Modiano casi medio siglo después, por 1989. Lo que viene después es la obra más íntima del Premio Nobel de Literatura 2014. 

 

Modiano desde entonces quedó intranquilo. Persiguió, cual experto investigador, la huella de aquella joven hasta que la convirtió en novela –de título homónimo- y la publicó en 1997.

 

La vida de Dora Bruder resume el sufrimiento de toda una época, Europa en la era hitleriana. El escritor recobra la verdad de aquellos seres anónimos. Dora Bruder apareció luego en una lista de deportados al campo de exterminio de Auschwits. 

 

¿Quién era esta jovencita?  ¿Por qué había fugado del colegio de monjas? ¿Cómo era el dolor que sintieron sus padres? Modiano (Francia, 1945) se sumerge en una historia que hace suya, que la siente propia. Por eso es que el narrador se convierte en equisciente, en personaje, para recuperar una biografía borrada. 

 

 “Tardé cuatro años en descubrir su fecha exacta de nacimiento: el 25 de febrero de 1926. Y dos años más conocer su lugar de nacimiento: París, distrito XII. Pero soy paciente. Puedo esperar horas y horas bajo la lluvia”. 

 

El Nobel escribe con elegancia, soltura y frustración. Hace una  literatura propia. Lo cree también Adolfo García Ortega, quien hace el prólogo de la obra. “Las guerras, las grandes migraciones de desplazados, la ascensión de los fanatismos, las matanzas generalizadas allí donde un colectivo es perseguido por ser solo eso, colectivo, hacen que novelas como las de Modiano, donde las víctimas se lamentan de ser arrolladas por la historia, no pasen de moda, al revés, pervivan como faros murales”. 

 

Dora Bruder es el retrato de una obsesión. Modiano también sufre y lo evidencia en cada línea. “Dicen que los lugares conservan por lo menos cierta huella de las personas que los han habitado. Huella: marca en hueco o en relieve. Para Ernest, Cécile y Dora, yo diría: en hueco. Me embargaba una sensación de ausencia y de vacío cada vez que me encontraba en un lugar donde habían morado”. 

 

Modiano nunca se rindió. Se sentía tan identificado con la joven, buscaba coincidencias, porque ambos tuvieron una infancia difícil. Ambos fugaron, aunque con 20 años de diferencia, de  un encierro. “Era el vértigo de cortar, de un golpe, todos los lazos: ruptura drástica y voluntaria con la disciplina que nos imponen el internado, los profesores, los compañeros de clase (…) Durante mucho tiempo no supe qué fue de Dora Bruder después de su fuga y del anuncio de búsqueda publicado en el Paris-Soir. Más adelante me enteré de que había sido internada en el campo de concentración de Drancy (primero estuvo en el de Tourelles), ocho meses más tarde, el 13 de agosto de 1942”. 

 

La novela de 128 páginas se lee de un tirón, tal vez por la impaciencia del lector de conocer qué pasó. Y a través de su vida reconstruimos el dolor de otras Dora Bruder, de miles de desaparecidos, de millones de víctimas de una persecución por sus orígenes judíos. 

 

“Durante dos domingos de abril de 1996 recorrí los barrios del este, donde estaban ubicados el internado Sagrado Corazón de María y el campo de Tourelles, con la esperanza de encontrar huellas de Dora Bruder. Me parecía mejor hacerlo en domingo, cuando la ciudad está desierta, en bajamar”. 

 

Al final es difícil discernir entre realidad  y ficción. Al final solo queda claro que el libro es una joya que estremece. Un canto a la memoria, la dignidad y a la vida.  

 

 

*Esta reseña ha sido posible gracias a María Cecilia Largacha, periodista de Ecuavisa, realizadora de Visión 360 (www.ecuavisa.com/vision360), quien ha conseguido esta joya literaria, Dora Bruder, para el autor de este blog. 

 

 

Este texto está clasificado como un ESPACIO de OPINIÓN. 

 

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