20 sep 2012 , 03:30

Borma y Jacarín solían ser cunas de sombrereros, hoy hay más casas que gente

Estas dos localidades de la provincia de Cañar, solo hay escasez de trabajo y soledad. Tienen escuelas sin niños y más casas que habitantes.

Estas dos localidades de la provincia de Cañar, solo hay escasez de trabajo y soledad. Tienen escuelas sin niños y más casas que habitantes.

El letrero de la montaña dice 'Bienvenidos a Borma'. Cualquier viajero pensaría que llega a una gran comunidad, pero la realidad es otra, no casi hay nadie.

Nancy Zamora, maestra de la escuela unidocente 10 de Agosto de Borma dice que aquí no hay nadie. Todos han migrado a Estados Unidos y Guayaquil.

Nancy es la única maestra de la comunidad que está a 30 minutos del cantón Déleg. Sólo hay cinco estudiantes en su clase.

La migración en este lugar data de hace más de 25 años, cuando emprendieron viaje sin retorno a Guayas, Azuay y unos pocos a Estados Unidos.

La población pasó de 400 habitantes a apenas 38. Hay quienes regresan para aumentarla como Marco Antonio, de los pocos jóvenes del lugar.

A quien se extraña también son a las tejedoras de paja toquilla que han desaparecido con la migración.

En busca de una llegamos a Jacarín, una comunidad a diez minutos de Borma, que tiene una plaza pintoresca, una iglesia muy bien cuidada, casas en perfecto estado, pero todo cerrado. No hay nadie, ni siquiera para preguntar por las tejedoras.

Al introducirnos al campo llegamos a casa de Blanca de Campoverde, una tejedora. Verla tejer es un privilegio.

¿Cómo era Jacarín antes?, había mucha gente dijo Blanca. Le preguntamos cuántas tejedoras quedan, su respuesta fue poco alentadora, tal vez diez o menos.

La pobreza en estas comunidades ha expulsado sobre todo a los jóvenes que ya no quieren trabajar en la agricultura o como artesanos. Una población que disminuye cada vez más, al igual que sus recursos y tradiciones.

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