15 ene 2012 , 04:38

Una multitud celebró junto a Correa en Cuenca

En el estadio Alejandro Serrano Aguilar se celebraron ayer los cinco años en el poder del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, quien no ha definido aún si se postulará a la reelección en los comicios de enero de 2013.

En el estadio Alejandro Serrano Aguilar se celebraron ayer los cinco años en el poder del presidente ecuatoriano, Rafael Correa, quien no ha definido aún si se postulará a la reelección en los comicios de enero de 2013.

Con la presencia de la indígena guatemalteca Rigoberta Menchú, premio nobel de la paz, así como del cantautor cubano Pablo Milanés, Correa presidió el festejo que juntó también a varios artistas nacionales.

El vicepresidente de la República, Lenin Moreno, compartió la tarima, desde donde destacó los avances alcanzados por el Ejecutivo izquierdista.

Moreno subrayó la solidez del proceso liderado por el presidente Correa, que acudió a la celebración acompañado de una de sus hijas.

Aunque todo apunta a que irá por la reelección, Correa ha dicho que esperará una decisión de su movimiento político, Alianza País, y de su familia, para definirlo.

Correa asumió el poder el 15 de enero de 2007 y de inmediato puso en marcha su proyecto de revolución ciudadana, que incluyó la convocatoria a una Asamblea Constituyente que elaboró una nueva Carta Magna, aprobada en un plebiscito en 2008.

Con ese nuevo marco jurídico, en 2009 se celebraron elecciones presidenciales y Correa se presentó otra vez para ganar los comicios y jurar por otros cuatro años.

En su discurso, Correa evaluó su gestión como positiva, aunque también admitió algunos errores, sobre todo dos relacionados con corrupción de mandos medios ya separados que, según dijo, llenó de vergüenza a su Gobierno.

También mencionó 'momentos mágicos' como las ocho victorias electorales que ha tenido desde que se presentó a los comicios en 2006, entre ellas los triunfos para convocar a la Constituyente y para aprobar la Carta Magna.

"La Patria vuelve con una clara acción preferencial por los más pobres", aseguró Correa, que instó a sus correligionarios a prepararse para ganar los comicios presidenciales de 2013, sea cual fuere el candidato que designe el oficialismo.

Pero dijo que no sólo su movimiento debe prepararse para encarar las presidenciales, sino también las elecciones legislativas y obtener una amplia mayoría en la Asamblea Nacional, para no sufrir el boicot de la oposición.

El mandatario no desaprovechó la oportunidad para criticar a la prensa, sobre todo ciertos medios privados con los que ha mantenido un frecuente pulso.

Parte de su discurso también lo pronunció en quichua y dijo que los avances alcanzados durante su administración no lo pueden negar ni los más acérrimos opositores.

Asimismo, destacó el apoyo popular sin precedentes que ha alcanzado su gestión, según las encuestas que sitúan su popularidad en torno al 70 por ciento, aunque los opositores consideran que la cifra es mucho menor, por debajo del 50 por ciento.

"El peor error que podemos cometer es el exceso de confianza. No podemos subestimar el poder" de los "enemigos internos y externos", agregó el mandatario, aunque apostilló: "Juntos somos invencibles".

Para él, el mayor legado de su revolución es el despertar de nuestra fuerza interna, la voluntad de cambio y de victoria, así como haber derrotado mitos.

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