26 ene 2013 , 09:52

La resistencia política de Hillary Clinton

La saliente secretaria de Estado, Hillary Rodham Clinton, es sin duda una de las mujeres más destacadas en la historia política de Estados Unidos.

La saliente secretaria de Estado, Hillary Rodham Clinton, es sin duda una de las mujeres más destacadas en la historia política de Estados Unidos.

Este jueves el nominado a reemplazarla en el cargo, John Kerry, inició su intervención en las audiencias de confirmación en el cargo resaltando el destacado legado que Clinton deja en el cargo.

Ella misma compareció el miércoles ante el Congreso para responder por las críticas a su actuación durante la reciente crisis de Bengasi.

La funcionaria sigue acaparando titulares de prensa, buenos y malos, como lo ha hecho por casi dos décadas, y pocos creen que deje de hacerlo en el futuro.

Vinculada para siempre con la carrera política de su esposo demócrata Bill Clinton, Hillary cambió el papel de lo que era ser primera dama, ya fuera del estado de Arkansas -cuando Bill Clinton fue gobernador- o de la nación -cuando fue presidente.

Esa estrecha relación la sometió a las mismas críticas, reveses y escándalos que acosaron la gestión de su marido y que continuaron aún cuando ella, por sus propios méritos, incursionó y fungió en varios cargos de servicio público. Pero lo que ha caracterizado su larga carrera es la habilidad de levantarse de todos esos golpes y seguir adelante con mayor determinación.

Equipo Clinton

Aunque no había ocupado un cargo público, Hillary Clinton había estado políticamente muy activa y vinculada a varios casos prominentes -particularmente a la investigación por el caso Watergate contra el entonces presidente Richard Nixon en 1974- antes de casarse con Bill.

"Desde un comienzo Bill Clinton dejó en claro que él consultaba con ella todo lo que tuviera que ver con su gobierno y solicitaba sus puntos de vista", comentó Jennifer Lawless, profesora de Gobierno y directora del Instituto de Mujeres en la Política de la Universidad Americana (AU) en Washington.

"Cuando Bill se lanzó a la presidencia en 1992 su argumento inicial fue que el pueblo estaría recibiendo a dos por el precio de uno", expresó Lawless a BBC Mundo.

Era evidente que no se iba a ajustar al estereotipo de la típica primera dama y que iba a estar muy interesada en ayudar a configurar la agenda política de su marido pero esa misma estrecha relación le crearía los mismos enemigos y la untaría de los mismos escándalos.

El primero saltó en plena campaña presidencial cuando una modelo y actriz, Gennifer Flowers, acusó al candidato de llevar una relación extramatrimonial con ella durante varios años ofreciendo todo tipo de detalles escabrosos.

Al comienzo Bill Clinton negó la relación pero, cuando finalmente la admitió, Hillary salió en televisión al lado de su esposo reconociendo el desliz, reiterando su apoyo incondicional y determinación para seguir adelante con la campaña.

"Ese fue el primer ejemplo en público de que esta era una aguerrida pareja que no dejaría que la opinión pública frenara sus perspectivas políticas", dijo la académica de AU. "Es una resistencia mutua que ambos comparten".

Noticias
Recomendadas