26 ene 2013 , 09:29

El arte de venderle las Olimpiadas de Invierno a los suizos

Londres tuvo que convencer al Comité Olímpico Internacional (COI) cuando quiso organizar los Juegos Olímpicos de 2012.

Londres tuvo que convencer al Comité Olímpico Internacional (COI) cuando quiso organizar los Juegos Olímpicos de 2012.

No fue una tarea fácil. A menos, claro, que se compare con la distancia que el gobierno suizo ha tenido que recorrer en su intento por adjudicarse los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 en Davos y St. Moritz.

En marzo, habrá votaciones en ambas ciudades y a lo largo del cantón (la región administrativa).
Finalmente, tendrá lugar una votación en el Parlamento.

Los cuatro grupos de votantes tienen que apoyar la puja o hasta ahí llegan. Y el COI no volverá a escuchar una palabra al respecto.

¿Habrían tenido lugar los Juegos Olímpicos de Londres 2012 si los londinenses hubiesen tenido que votar al respecto en 2003?

El asunto es tan complejo que en el único encuentro en el Foro Económico Mundial de Davos que estuvo abierto al público, hubo un panel de discusión sobre quién obtiene beneficios de los grandes eventos deportivos.

Beneficios

El encuentro ocurrió en un salón de una escuela local, la audiencia era principalmente local, incluyendo muchos escolares en su hora de almuerzo. Y gran parte de la discusión fue en alemán.

Entre lo que hubo que convencer de los beneficios de los grandes eventos deportivos estaba el presidente suizo, Ueli Maurer.

También estaba Jean-Claude Biver, director ejecutivo de Hublot y el hombre acreditado por muchos de rescatar la industria relojera suiza, quien dijo que, si se lo pidieran, él abandonaría Hublot e impulsaría la puja sin siquiera pedir un salario a cambio.

"Cada día voy de Lausana a Ginebra en una autopista construida en 1961 con motivo de la Exposición Nacional", dijo.

"Todos los días me beneficio de este evento que aconteció en 1961".

Jeff Shell, presidente de NBC Universal Internacional, hizo hincapié en los beneficios de las inversiones en tecnología en Londres que no hubiesen ocurrido sin los Juegos Olímpicos de 2012, como las pantallas múltiples para elegir entre los deportes en vivo desarrolladas por la BBC para los juegos.

"La propiedad y la tecnología construida para Londres estará allí por años, al igual que la autopista", dijo.

Ojo con la megalomanía

Pero el hombre al frente de la sesión, un profesor griego de la Escuela de Negocios de Londres, apuntó a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, los cuales, dijo, arruinaron a su país, así como a la ciudad de Montreal (Canadá), a la que le tomó 30 años pagar las deudas de la celebración de los juegos en 1976.

El presidente suizo quiso citar otros ejemplos.

"Miren a los juegos de Lillehammer. Veinte años después, Noruega quiere los juegos otra vez", dijo. "St. Moritz no estaría allí sin dos Juegos Olímpicos".

No obstante, advirtió que "lo peligroso es la megalomanía" que pueden generar si el país cree que puede costear todos. "Pero hay riesgos limitados aquí porque somos muy cautelosos", matizó.

Un cambio de imagen

El panel también discutió el potencial impulso a la imagen de un país.

"Cuando Alemania organizó la Copa del Mundo en 2006, de pronto al mundo entero comenzó a gustarle Alemania" dijo Biver.

"Los alemanes se sentían orgullosos de llevar su bandera -de alguna manera fueron liberados y no se puede medir el valor de esas cosas. Y ahora pienso los ingleses son incluso más agradables de lo que pensaba antes".

Pero Shell fue más escéptico acerca de valor a largo plazo para la sociedad.

"A todo el mundo le gusta pensar que los buenos sentimientos durarán por años, pero creo que ese tipo de sentimientos son más difíciles de mantener de lo que la gente cree", dijo.

"Yo también soy escéptico sobre si los suizos realmente aman a los alemanes ahora".

El presidente suizo dijo que a su país le vendría bien un cambio de imagen.

"Constantemente estamos siendo atacados, somos los villanos de Europa debido a los bancos", se lamentó. "Los Juegos Olímpicos son una oportunidad para recuperar nuestra buena imagen".

¿Estuvo el público convencido? ¿Quieren los juegos? Inusualmente, lo sabremos con anticipación, mucho antes de que al COI se le pida su opinión.

El arte de venderle las Olimpiadas de Invierno a los suizos

Londres tuvo que convencer al Comité Olímpico Internacional (COI) cuando quiso organizar los Juegos Olímpicos de 2012.

No fue una tarea fácil. A menos, claro, que se compare con la distancia que el gobierno suizo ha tenido que recorrer en su intento por adjudicarse los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 en Davos y St. Moritz.

En marzo, habrá votaciones en ambas ciudades y a lo largo del cantón (la región administrativa).

Finalmente, tendrá lugar una votación en el Parlamento.

Los cuatro grupos de votantes tienen que apoyar la puja o hasta ahí llegan. Y el COI no volverá a escuchar una palabra al respecto.

¿Habrían tenido lugar los Juegos Olímpicos de Londres 2012 si los londinenses hubiesen tenido que votar al respecto en 2003?

El asunto es tan complejo que en el único encuentro en el Foro Económico Mundial de Davos que estuvo abierto al público, hubo un panel de discusión sobre quién obtiene beneficios de los grandes eventos deportivos.

Beneficios

El encuentro ocurrió en un salón de una escuela local, la audiencia era principalmente local, incluyendo muchos escolares en su hora de almuerzo. Y gran parte de la discusión fue en alemán.

Entre lo que hubo que convencer de los beneficios de los grandes eventos deportivos estaba el presidente suizo, Ueli Maurer.

También estaba Jean-Claude Biver, director ejecutivo de Hublot y el hombre acreditado por muchos de rescatar la industria relojera suiza, quien dijo que, si se lo pidieran, él abandonaría Hublot e impulsaría la puja sin siquiera pedir un salario a cambio.

"Cada día voy de Lausana a Ginebra en una autopista construida en 1961 con motivo de la Exposición Nacional", dijo.

"Todos los días me beneficio de este evento que aconteció en 1961".

Jeff Shell, presidente de NBC Universal Internacional, hizo hincapié en los beneficios de las inversiones en tecnología en Londres que no hubiesen ocurrido sin los Juegos Olímpicos de 2012, como las pantallas múltiples para elegir entre los deportes en vivo desarrolladas por la BBC para los juegos.

"La propiedad y la tecnología construida para Londres estará allí por años, al igual que la autopista", dijo.

Ojo con la megalomanía

Pero el hombre al frente de la sesión, un profesor griego de la Escuela de Negocios de Londres, apuntó a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, los cuales, dijo, arruinaron a su país, así como a la ciudad de Montreal (Canadá), a la que le tomó 30 años pagar las deudas de la celebración de los juegos en 1976.

El presidente suizo quiso citar otros ejemplos.

"Miren a los juegos de Lillehammer. Veinte años después, Noruega quiere los juegos otra vez", dijo. "St. Moritz no estaría allí sin dos Juegos Olímpicos".

No obstante, advirtió que "lo peligroso es la megalomanía" que pueden generar si el país cree que puede costear todos. "Pero hay riesgos limitados aquí porque somos muy cautelosos", matizó.

Un cambio de imagen

El panel también discutió el potencial impulso a la imagen de un país.

"Cuando Alemania organizó la Copa del Mundo en 2006, de pronto al mundo entero comenzó a gustarle Alemania" dijo Biver.

"Los alemanes se sentían orgullosos de llevar su bandera -de alguna manera fueron liberados y no se puede medir el valor de esas cosas. Y ahora pienso los ingleses son incluso más agradables de lo que pensaba antes".

Pero Shell fue más escéptico acerca de valor a largo plazo para la sociedad.

"A todo el mundo le gusta pensar que los buenos sentimientos durarán por años, pero creo que ese tipo de sentimientos son más difíciles de mantener de lo que la gente cree", dijo.

"Yo también soy escéptico sobre si los suizos realmente aman a los alemanes ahora".

El presidente suizo dijo que a su país le vendría bien un cambio de imagen.

"Constantemente estamos siendo atacados, somos los villanos de Europa debido a los bancos", se lamentó. "Los Juegos Olímpicos son una oportunidad para recuperar nuestra buena imagen".

¿Estuvo el público convencido? ¿Quieren los juegos? Inusualmente, lo sabremos con anticipación, mucho antes de que al COI se le pida su opinión.

 

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