25 ene 2013 , 07:33

Sacerdotes católicos incorporan traducción simultánea para sordomudos en sus misas

Con alegría, fervor y devoción decenas de sordos católicos acuden desde 1901 a la céntrica iglesia de San Hipólito, en México, que es santuario del apóstol San Judas Tadeo y el segundo lugar de la capital más venerado y visitado después de la Basílica de Guadalupe.

Con alegría, fervor y devoción decenas de sordos católicos acuden desde 1901 a la céntrica iglesia de San Hipólito, en México, que es santuario del apóstol San Judas Tadeo y el segundo lugar de la capital más venerado y visitado después de la Basílica de Guadalupe.

Las primeras veinte filas de bancos son especialmente reservadas para ellos. En los de la derecha se sientan los adultos -muchos de ellos ancianos- y algunas mujeres embarazadas, mientras que la izquierda la ocupan jóvenes y niños que así pueden ver con facilidad las expresiones corporales y las señas de quienes apoyan desde el altar principal la ceremonia religiosa.

Dos diáconos, un monaguillo y cuatro misioneros Claretianos acompañan al sacerdote en el altar y, junto a los bancos, una decena de personas también traduce al lenguaje de signos y apoya los cánticos bíblicos que alegran la misa dominical.

Esta iniciativa fue impulsada en 1901 por el padre español Jaime Clotet -que será beatificado próximamente- tras llegar a México junto con una misión evangelizadora procedente de Barcelona.

“Clotet vino con esta idea innovadora para ayudar a la comunidad sordomuda a acercarse a la fe católica”, dijo Adolfo Villaseñor, uno de los encargados de traducir los cantos, las lecturas de los testamentos, el salmo y la homilía.

Destacó que los misioneros claretianos del templo también ayudan a jóvenes sordos en sus estudios y preparan cada mes a entre 25 y 30 niños con problemas auditivos para su Primera Comunión.

Además, forman a grupos de religiosos o fieles de otras partes del país para que puedan impartir catequesis a través de señas o puedan trabajar como intérpretes.

“A la fecha estas misas se celebran en tres iglesias de Ciudad de México y en otras partes del país. Esto forma parte de un programa de evangelización especial para quienes no pueden escuchar”, añadió Villaseñor, que también dirige el Centro Clotet, una escuela creada por una agrupación civil para sordos en México.

Entre los claretianos de San Hipólito hay algunos sordos y otros religiosos y civiles que, sin serlo, conocen la lengua de señas y cómo expresar algunas palabras que sólo se emplean en México.

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