Hay fantasmas por todos lados en las tierras cultivables del este de Inglaterra. Pero hay que saber dónde encontrarlos.
No son el tipo de fantasmas que provocan miedo o que hay que cazar. Son estanques fantasmas. A lo largo de los años, los propietarios de las tierras los han enterrado, llenando los humedales con tierra para poder cultivarlas o para satisfacer otras necesidades. O dejaron que desapareciesen por negligencia. Como consecuencia de ello, desaparecieron también ecosistemas enteros, lo que contribuyó a la disminución de humedales a nivel mundial.
El resultado: Una cantidad de calamidades medioambientales, que van desde inundaciones cada vez más graves hasta la casi extinción de numerosas especies.
Hay quienes tratan de recuperar esos humedales.
Fuente: AP