Hincapié ilusiona a los Gunners

El fútbol europeo suele ser un terreno donde los elogios no se regalan. Y cuando los números y la mirada técnica coinciden, algo especial está ocurriendo. Eso es precisamente lo que vive el ecuatoriano Piero Hincapié en el Arsenal.

El defensor de 23 años firmó su primer partido como titular en la UEFA Champions League con los Gunners y lo hizo dejando una huella que no pasa inadvertida: ganó el 100% de los ocho duelos que disputó en la contundente victoria 3-0 sobre el Slavia Praga.

Más allá de las estadísticas, frente a un rival físico y en plena recuperación de una lesión muscular, el ecuatoriano mostró jerarquía y equilibrio, dos virtudes escasas en defensores jóvenes. ¿De dónde lo sacaron? se preguntaban ayer algunos fans, y no solo del Arsenal.

A veces el talento necesita poco tiempo para imponerse. Piero Hincapié lo acaba de demostrar en Londres. Apenas 20 días de entrenamientos regulares le bastaron al defensor ecuatoriano para ganarse la confianza de Mikel Arteta y debutar como titular en la Champions League con el Arsenal.

Lo suyo no fue solo cumplir: fue destacar. El zaguero de 23 años, fichado en el último día del mercado de pases, se incorporó al plantel gunner recién el 11 de septiembre, tras la doble fecha de eliminatorias con Ecuador. Sin embargo, una lesión en la ingle lo mantuvo fuera de los entrenamientos hasta el 16 de octubre.

Con apenas tres semanas de trabajo completo, el tricolor se plantó como si llevara meses en el sistema de Arteta y nunca desentonó en el partido que su equipo ganó para seguir como líder de la Champions junto al Bayern Múnich.

Ante el Slavia, Hincapié jugó como lateral izquierdo, una posición que Arteta eligió para él por encima de Riccardo Calafiori y Miles Lewis-Skelly. En la línea defensiva lo acompañaron Gabriel, William Saliba y Jurrien Timber, y el ecuatoriano cumplió con creces en un esquema que exige precisión, intensidad y lectura de juego.

Su actuación fue impecable en defensa: ocho duelos disputados, ocho ganados (100%), sin cometer faltas. En la marca a David Moses, su oponente directo, fue prácticamente infranqueable. Además, cuando el Arsenal atacó, Hincapié se ofreció como opción constante por la banda, aunque la mayoría de las acciones ofensivas transcurrieron por el costado contrario. Incluso se animó con pases largos, como uno que dejó bien posicionado a Trossard, quien no pudo concretar.

Hincapié no solo mostró un gran nivel de juego, sino una personalidad y carácter en un contexto exigente. Y eso es lo que más ha gustado a los fans del Arsenal, que se volcaron a las redes sociales para expresar su satisfacción por este fichaje.

En el minuto 55 protagonizó un cruce físico con Tomas Chory, delantero del Slavia, que reclamó penal. El checo de 2 metros de estatura fue a encararlo, pero el ecuatoriano no se achicó ni retrocedió. Gabriel intervino para evitar que la situación escale, pero la escena dejó claro el carácter competitivo del ecuatoriano.

Otro detalle táctico llamó la atención: Hincapié no participó en las jugadas a balón parado ofensivas como lo hacía en su anterior equipo. Arteta prefirió que quedara como último hombre para contener posibles contragolpes. En Leverkusen y en la selección ecuatoriana, su poder aéreo es un recurso ofensivo habitual, pero en Londres su rol inicial apunta más al equilibrio que al protagonismo.

Más allá de los números, lo de Hincapié fue una muestra de madurez y adaptabilidad. Su capacidad para entender el sistema del Arsenal en tan poco tiempo refleja no solo inteligencia táctica, sino también ambición profesional. En un club que pelea por todo, la competencia es feroz; y que un ecuatoriano haya logrado abrirse paso tan rápido habla de su nivel y de la confianza que genera.

Arteta lo explicó con claridad tras el partido: “Puede jugar de central o de lateral. Lo estamos manejando con cuidado porque viene de una lesión, pero estuvo muy bien, fuerte y eficiente.”

El mensaje es claro: el Arsenal lo ve como un proyecto serio. Y Ecuador, como una pieza que crece a pasos agigantados en el escenario más competitivo del mundo.