09 abr 2017 , 02:47

César Terán: "El trabajo nos salvó"

César Terán ayudó a los manabitas a darle el último adiós a sus seres queridos.

Cuando el sismo de 7,8 en la escala de Ritcher sacudió Portoviejo, César Terán se encontraba fuera del país. Su negocio estaba en manos de sus más cercanos colaboradores y familiares, quienes le avisaron de inmediato de lo sucedido. No vaciló en regresar y al día siguiente de la tragedia ya estaba frente a un edificio inservible casi en un 100%.

El trabajo de más de 15 años de él y su familia se había derrumbado. “No tenía idea lo que había pasado en Portoviejo, fue un shock para mi y los empleados”. Lo es aún más cuando la línea de negocio de este empresario es una funeraria.

Ante la tragedia, él tuvo que reaccionar en cuestión de segundos. Decenas de personas golpeaban la puerta de lo que había quedado en su oficina. Buscaban rendirle un último homenaje a sus seres queridos.

Solo en un día, César cuenta que ayudaron con los servicios funerarios de 60 personas. “A muchos no se les pudo dar una ceremonia individual, y en un momento tuvimos a 4 familias distintas en una misma sala orando por sus fallecidos”, recuerda este padre de familia guayaquileño.

Con su propio dinero y un crédito bancario remodeló áreas en un edificio alterno y reconstruyó parte de las bóvedas de varios difuntos. La mayoría de los cientos de fallecidos en Portoviejo tuvieron su último adiós en espacios que la empresa de César acondicionó tras el terremoto, gracias a un convenio con el Municipio local.

Cuenta que él y su equipo ya superaron el impacto inicial. Tantas vidas perdidas en un solo día y ellos haciendo quizás una labor que pocos se atreven: enterrar a los muertos.

Pero ese mismo ajetreo fue clave: “Creo que el trabajo nos salvó, porque si bien se les dio ayuda emocional a los empleados, todos reaccionaron muy bien desde el inicio”.

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