23 oct 2020 , 12:00

¿Cómo es la relación de una pareja dueña de una tienda de juguetes sexuales?

Gabriela Sánchez y Eduardo Salas son los fundadores de ‘Dulce de Leche’.

Gabriela Sánchez y Eduardo Salas son los fundadores de la primera tienda online para adultos creada en 2018, en Ecuador: Dulce de Leche. A la fecha, manejan al menos 100 variedades de juguetes a control remoto y control por app. Pero Gabriela y Eduardo no solo son socios, son pareja. Entonces, ¿cómo es la relación de estos dos jóvenes dueños de una tienda de juguetes sexuales? Se lo contaron a Ecuavisa.com.

 

"Sí tenemos una colección privada"

 

Gabriela es el rostro de la marca. La responsabilidad de Eduardo es hacer que ella brille. A simple vista, se evidencia que son un gran equipo. Durante la entrevista, pareciera que cada uno va a acabar la frase del otro, pero no lo hacen porque saben cómo es el negocio, después de todo su audiencia está en Instagram. Gabriela, en particular, completa las frases con elocuencia, mira a la cámara y cuida su imagen. Y no, no se trata de vanidad, es que hablar de sexo en Ecuador aún incómoda a muchas personas, pero para eso están ellos, pues su filosofía es no vender sexo patán, sino erradicar los tabús relacionados a las relaciones sexuales en Ecuador.

 

Por eso, ninguno de los dos tiene problemas con las entrevistas ni hablar un poco sobre su vida personal. Aunque, Gabriela confesó que al principio las ferias para adultos, donde se venden juguetes, productos audiovisuales y escenas en vivo, sí que la sorprendieron.

Sin embargo, con dos años en el tema, sin duda han entendido la necesidad de humanizar la marca y hablar de forma educativa sobre lo que están vendiendo. "A veces, la que se escandaliza es mi mami. La última que nos pasó fue con un video que subimos a IGTV. Me reclamó sobre como salí con juguete cerca de la cara. Y le dije 'mami vivo de esto, esto es lo que me da de comer. No puedo estar rígida, tengo que hablar con naturalidad", contó Gabriela.  

En la misma posición está Eduardo, quien con bastante soltura respondió sobre sí usan o no los productos que ofertan:

"A ver nuestra vida de pareja no se diferencia a cualquier otra pareja cotidiana. Tenemos nuestras relaciones, usamos, sí, ciertos juguetes de nuestra colección privada, pero es normal. El hombre tiene que entender que el juguete es su aliado. Por lo general, nosotros tenemos clientes que se sienten intimidados o nos preguntan '¿Por qué mi pareja va a querer comprar un juguete si me tiene a mí?'. Pero, el hombre tiene que entender que no hay que sentirse intimidado. No hay ninguna competencia. El juguete facilita y mejora la relación, es para jugar".

"Cómo te dijo Eduardo, sí tenemos una colección privada, modesta realmente, para todos los más de 100 productos que manejamos. Yo sí usaba juguetes antes de conocerlo a él y sé que Edu también lo hacía. El día de hoy lo que hacemos es comprar nuestros juguetes, para que no afecte las finanzas de la empresa", completa Grabiela. Agrega que, su vida tanto de pareja como de trabajo es igual a lo de otros. Empieza desde la mañanita y a veces se quedan hasta tarde trabajando porque solo son los dos, que hacen base y oficina en su casa. 

Un antes y un después

 

Antes de 'Dulce de Leche', Eduardo ya había tanteado la venta de juguetes sexuales, pero al crear el negocio con Gabriela fue distinto. Juntos investigaron sobre el tema, pensaron en colores, en el estilo de la marca, en el mensaje que quieren dar. "En mi vida personal existe un antes y después en el tema sexual con 'Dulce de Leche' y como Gaby es mi novia/socia nos complementamos totalmente. Ambos investigamos, ambos leemos, nos preguntamos. Tenemos muy buena comunicación y la facilidad de decirnos lo que nos gusta y lo que no", explica Eduardo. 

Sobre su familia, Eduardo cuenta que su papá lo apoyó desde el comienzo. "Él es economista, hombre de negocios, y lo ve desde el aspecto empresarial. Mi mamá se crió en un ambiente muy religioso, de dama, cuando le conté del negocio nunca le dijo a su familia ni sus amigas más íntimas. Mis abuelos no saben. Mi tía se enteró porque yo le dije. Cuando mi mamá se dio cuenta que este negocio estaba creciendo y que no lo mostramos de una forma patán, lo aceptó más".

En el caso de Gaby, con sus parejas anteriores nunca usó juguetes porque no había comunicación. "La Gaby de antes a la Gaby de ahora era una reprimida que solo hacía lo que la pareja quería. Trataba de complacer a su pareja y no se complacía a ella. Ponía mi placer en las manos de los demás, que realmente no debe ser así.

Tu orgasmo y tu placer depende netamente de ti, ya seas hombre o mujer.  Y bueno, con Edu las cosas cambiaron. Un juguete no es algo que usamos todos los días, a cada rato. Lo usamos dependiendo del 'mood' de esa ocasión, de lo que queramos. Yo no tengo ningún problema en autodarme placer sin necesidad de estar con mi pareja y en el caso de Edu es lo mismo, somos super abiertos. Tener autoplacer contigo, que le llamas a eso masturbación, es conocer tu cuerpo. Tu vas a saber que te gusta, que no te gusta, que posición, si más rapido, más despacio. Tu vida sexual solo con la comunicación puede cambiar completamente 180 grados". 

El negocio

 

Las ventas se realizan con absoluta privacidad, según convenga a cada cliente y con apertura a todos los gustos sexuales. A partir de la pandemia implementaron el 'pick up' y para ello el punto de encuentro es en Urdesa Central, en Guayaquil. También hacen envíos a nivel nacional. 

 

Como a todos los negocios, la pandemia los golpeó, pero sin duda tuvieron un revés significativo. "Cuando inicio la pandemia, la gente tenía otras prioridades, no vendimos casi nada, pero lo entendimos", explicó Eduardo.

 

Y, aunque así fue al principio. El confinamiento para quienes se quedaron en casa, poco a poco, se volvió invivible, lo que generó un fenómeno que se replicó en general a nivel global. "El tema fue que se nos acabaron los juguetes", aseguró Sánchez. Tuvieron que duplicar y hasta triplicar las existencias, lo que generó ganancias para que puedan seguir invirtiendo en su proyecto.  

 

"Hemos crecido bastante en dos años y hemos recibido muchos mensajes de apoyo, tanto de hombres como de mujeres, y mucha gente curiosa que no tenía un lugar donde obtener educación sexual", sentencia Gabriela.

 

El mensaje

Gabriela: "No tengan miedo a explorar su cuerpo, no tengan miedo a comunicar las cosas, porque la comunicación como lo he dicho siempre, es lo fundamental, es lo principal en una relación". 

Eduardo: "Hombres, no se sientan intimidados con que su mujer quiera aportar a su vida sexual un juguete. El juguete créeme que es su mejor amigo en las relaciones. Diviértanse y no se cierren".

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