13 ago 2020 , 06:58

El empresario millonario que por las noches violaba mujeres

Joji Obara usaba un antifaz negro para cometer sus crímenes.

Joji Obara era un empresario millonario que había estudiado en los mejores colegios de su país, en la universidad de Tokio y que en los años 90 llegó a tener una fortuna de 45 millones de dólares.

Su apariencia amable escondía a un violador y asesino que tuvo entre 150 a 400 víctimas. Obara se dedicó desde los 17 años a la compra y venta de bienes, lo mismo que había hecho su padre quien falleció cuando él tenía 15 años.

A lo largo de su vida mostró rasgos de inseguridad como haberse cambiado el nombre para que no se supiera que tenía ascendencia coreana, o tomar hormonas de crecimiento para superar el 1,67 que medía. Era un adicto a los bares donde se veía con mujeres bellas y jóvenes, las que más codiciaba.

Después de años de cometer sus atroces crímenes, todo salió a la luz el 13 de julio del 2000 cuando el papá Lucie Blackman, una británica de 21 años que desapareció tras salir con Obara el día anterior, dio una rueda de prensa para revelar el caso.

Tras investigaciones, se pudo conectar el caso de Blackman con el de Carita Ridgway, una joven australiana desaparecida 8 años atrás. Además se conoció el modus operandi de Obara, drogaba a sus víctimas, las grababa y usaba una máscara del zorro para abusar de ellas.

El 24 de abril del 2007 el japonés fue condenado a cadena perpetua, pero no por el crimen de Blackman, por falta de evidencias, sino por el de Ridgway que estaba descuartizado. 

Actualmente Obara tiene 68 años y podría salir libre este año bajo palabra, según la ley japonesa. 

 

 

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